Durante varios años las administraciones públicas han culpado a los agricultores, o en su defecto a los propietarios de tierras, de una postura inmovilista que impedía la modernización de los regadíos leoneses. Y es ciertos que en unos pocos casos los agricultores, y en muchos de los casos los propietarios de fincas rústicas no agricultores, se han opuesto a una modernización que no es obligatoria por ley y a la que no le veían las suficientes ventajas. El legislador podría haber hecho las cosas de otra manera, dando por ejemplo mayor peso a los agricultores respecto a los propietarios, o promoviendo una reforma en los estatutos de las comunidades de regantes para que el voto fuera proporcional a la superficie que se representa. Pero lo importante es que a día de hoy la mayoría de la zona de regadío de la provincia, que todavía no está modernizado, tienen tomado el acuerdo de modernizar el sistema de riego y previo a ello la reconcentración parcelaria. No parece demasiado complicado convencer a los comuneros de las zonas regables que hasta ahora se han opuesto, y para eso no hace falta amenazarles con cortar el agua, es suficiente con hacer pedagogía de las ventajas de apostar por lo que es el futuro. Ahora que las administraciones con competencias en agua y en agricultura tienen cola pidiendo la modernización de los regadíos, ya no vale la disculpa, y es ahora cuando se verá si de verdad el Estado y la Junta tienen voluntad política de acometer estas inversiones o si por el contario lo ofrecían porque creían que iba a ser rechazado. Nuestra provincia necesita que se dé un impulso definitivo a la modernización de los regadíos, un proyecto en el que la Junta invierte el 26 por ciento del gasto, el 18,65 por ciento la Unión Europea, el 24 por ciento la Comunidad de Regantes mediante cuotas que gira a los comuneros en veinticinco años, y el 31,35 por ciento lo pagan los comuneros, sin intereses, entre el año 25 y el 50 de entregadas las obras. Es decir, el que más paga es el agricultor, y es el que está pidiendo a que se haga.
* Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 25 de mayo de 2018.