Es más que justificado el malestar entre los agricultores de la zona agrícola de Payuelos, donde está destinada la mayor parte del agua de riego que embalsa Riaño, al saber que inversiones previstas para la zona se van a desviar a la zona regable del sistema Carrión, en la vecina provincia de Palencia. Los regantes del Carrión han sido reacios a acometer la modernización de su regadío, y cuando a raíz de la escasez de 2017 han cambiado de opinión, la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, se ha comprometido con el inminente inicio de las obras. Como la partida de gasto no ha salido de un presupuesto nuevo o extraordinario, lo fácil ha sido quitarlo al proyecto de Payuelos posponiendo licitaciones previstas para determinadas demarcaciones pendientes de desarrollar. Claramente la consejera Milagros Marcos, para atender una petición de los regantes de Palencia, su provincia, ha detraído presupuesto del programa de infraestructuras comprometido para la provincia de León. No seré yo quien cuestione  la necesidad de modernizar los regadíos del Carrión, todo lo contrario, para pronto ya es tarde, pero gobernar no debe de significar enfrentar a unos agricultores con otros, a unos regantes con otros, y lo que tenía que haber hecho Milagros Marcos es conseguir partidas extraordinarias del presupuesto y no tirarse por el camino fácil de quitar el dinero a las obras previstas para la provincia leonesa. Los regantes de Palencia tienen todo el derecho a que se le modernice su regadío, como el del resto de la provincia de León, pero quizás el primer derecho lo tienen los agricultores de la comarca de Sahagún a los que le prometieron un pantano, le prometieron un regadío, y muchas décadas después, habiendo pasado varias generaciones de agricultores, siguen siendo agricultores de secano. Otra cosa distinta es el trasvase de agua de Riaño al Carrión, aprobado y ejecutado con un gobierno socialista apoyado en todas sus decisiones, también en esta, por la organización amiga Ugal- UPA, como ahora apoya a la UPL.

* Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 2 de febrero de 2018.