ASAJA ha presentado el balance del sector agrario y ganadero a lo largo de 2017, un año catastrófico para el campo de Castilla y León.

2017 pasará a la historia como el año en el que a la agricultura y ganadería de Castilla y León se le acabaron los adjetivos. De malo a pésimo, de negativo a catastrófico, a medida que avanzaban los meses no ha dejado de complicarse una campaña que desde el primer momento se planteó complicada. ASAJA presentó a mediados de diciembre el balance de estos doce meses, que se resumen en unas pérdidas de alrededor de 1.500 millones de euros, que “hunden al sector agrícola y ganadero y por extensión al medio rural, muy dependiente del sector primario, y que además tendrán una repercusión muy negativa en la economía global de la Comunidad Autónoma”, ha apuntado Donaciano Dujo, presidente de ASAJA de Castilla y León, durante la presentación del balance de estos doce meses, acompañado por otros responsables de la OPA.

Las pérdidas se han repartido en todas las producciones. Desde el secano, privado casi totalmente de lluvias, hasta el regadío, sin reservas para afrontar riegos, pasando por la ganadería, puesto que no hay pastos desde otoño de 2016 y las explotaciones han tenido que multiplicar gastos en alimentar a los animales. Y por si quedaba algo en pie, las heladas de primavera arrasaron producciones muy importantes para Castilla y León, como el viñedo o los frutales. “Es decir, que 2017 se va recordar como un año pésimo en todas las provincias y por todos los agricultores y ganaderos”, lamentó Donaciano Dujo.

Contra lo que ocurría en el pasado, esta escasez de producciones no se ha traducido en un buen precio. “Los precios han seguido en tónica con años anteriores, con apenas variaciones, y muchas veces en el límite o por debajo de costes de producción, como ha ocurrido con la patata, un sector que sigue desregulado pese a los esfuerzos de ASAJA por llevar adelante la interprofesional”, apuntó Dujo.

También tuvo palabras duras para la industria, concretamente la de leche, “que paga peor a nuestros ganaderos que a los del resto de Europa cuando nuestro país es deficitario en leche. La industria láctea española está obsoleta y no es competitiva respecto a la de otros países europeos, y en lugar de hacer su reconversión quita ese dinero a nuestros ganaderos para suplir falta de eficiencia. Algo que las administraciones no deberían permitir”.

En este contexto de máxima dificultad para el sector, el presidente de ASAJA Castilla y León arremetió contra las administraciones, “que no han estado a la altura de esta crisis, la más grave que ha vivido el sector desde hace décadas”. Para ASAJA, los préstamos han sido totalmente insuficientes y han dejado fuera justo a los que más lo necesitaban “y de las ayudas directas a las explotaciones más hundidas y a los jóvenes que empiezan es que directamente la administración no ha querido ni hablar. Y encima, han enturbiado aún más el ambiente, haciendo propaganda continua de las ayudas que supuestamente iban a dar al campo. Han puesto a la sociedad contra nosotros, y los agricultores y ganaderos se han sentido justamente ofendidos y estafados”.

Donaciano Dujo pidió a la Junta de Castilla y León “más hechos que promesas. Ya sabemos que va a llegar el 95 por ciento del anticipo de las ayudas PAC, como llega todos los años, y por cierto de fondos europeos. Si la Junta y el Ministerio quieren de verdad ayudar, que paguen también todo lo pendiente del Programa de Desarrollo Rural de los años 2016 y 2017, como ayudas a la incorporación, planes de mejora, montaña o agroambientales, ahí sí que cofinancian todos.”