Tras una campaña pasada de patata donde se dieron las mejores condiciones para obtener producción, calidad y precio, esta vez, las altas temperaturas del verano, han adelantado el ciclo del cultivo concentrando toda la oferta a la vez y desplomando los precios. El desastroso año en rendimientos y precio ha reactivado la necesidad de una interprofesional para la patata que ahora parece estancada. “Hay dudas sobre si la interprofesional solucionaría los problemas de sector, pero creo que hay que hacerla. Pienso firmemente que estaríamos en mejor situación con ella, que sin ella”, comenta Jesús Fernando García, productor de patatas en Campaspero.

Para el también miembro de la ejecutiva de ASAJA Valladolid, es difícil evaluar las razones de la caída del precio de la patata, pero “lo que es que es seguro es que no se ha sembrado más hectáreas que el año pasado como para explicar el hundimiento actual de precios.”

Si bien durante el inicio de campaña se vivieron buenos momentos, con los arranques en Andalucía y en Castilla León, donde al principio la oferta y la demanda estaba equilibrada y la recolección escalonada, esta situación cambió a partir de la primera semana de agosto. “El excesivo calor provocó un adelanto de los arranques, las patatas cedieron por las altas temperaturas, entrando en producción todas a la vez, lo que concentró toda la oferta al mismo tiempo”, comenta Yolanda Medina, Responsable del Departamento Técnico y de calidad de Carsa. Galicia, La Rioja o las ultimas provincias en arrancar de Castilla y León, como Segovia, que es habitual que comiencen en septiembre también empezaron en agosto.

Al haber tanta oferta a la vez, los precios se hundieron, pasando de los excepcionales del año pasado entre los 0,20 y 0,35 de media, a no cubrir los costes de producción con todas las variedades por debajo de los 0,12 céntimos por kilo. “No puede ser que nos paguen entre 5 y 10 céntimos el kilo y en los lineales estén las patatas a un euro. Hay muchos agricultores que todavía tiene las patas en la tierra porque no hay mercado”, denuncia García.

Para este productor, el agricultor es el eslabón más débil de la cadena y los intermediarios están aprovechando la situación con precios a la baja y prácticamente con ausencia de competencia. Para Jesús Fernando, es necesario que la administración se ponga trabajar en la gestión del agua y las sanciones a los agricultores, si la actual sequía se convierte en un problema endémico y queremos seguir apostando por el cultivo de la patata. “Debemos llegar acuerdos para que haya una gestión racional del agua y los agricultores puedan llevar a término sus cultivos.  No queremos que pase como en la remolacha donde, aunque ahora se le está dando una nueva oportunidad, se fueron abandonando cada vez más hectáreas”.