Alrededor de cuarenta productores del valle de Valdelucio y la comarca del Tozo reclaman apoyo a los intermediarios para vender en supermercados, frente a la patata que llega de Francia y otras zonas.

Además del problema de los ganaderos con el lechazo y la falta de mano de obra, la crisis sanitaria del Covid-19 está provocando graves perjuicios a los cultivadores de patata de la provincia de Burgos. Y es que desde que está vigente el estado de alarma, con la restauración cerrada, los productores ven cómo resulta imposible dar salida al producto destinado a restaurantes, grandes comedores de colegios, cuarteles, hospitales, etc.

ASAJA-Burgos señala que son muchas las familias afectadas por esta situación, y es que la patata cultivada en la comarca de Páramos (fundamentalmente el Valle de Valdelucio y la comarca del Tozo) ha dejado de encontrar salida desde el pasado 14 de marzo, y previsiblemente la campaña se da por perdida, con el grave quebranto económico que conlleva.

Cuantitativamente estamos hablando de 7500 toneladas de patata de gran calidad sin salida al mercado, que se cultivan en alrededor de 1500 hectáreas, situación que se puede agravar en breve cuando empiece a llegar la patata nueva del sur de España. Por todo ello desde ASAJA pedimos medidas de apoyo al sector que compensen las importantes pérdidas económicas que ya están sufriendo.

Además solicitamos a los almacenistas solidaridad con el productor local colocando esta patata en las grandes superficies, en detrimento de la patata francesa que en este momento copa el 90 % del mercado.