Por Rita Barrera Prieto

Todo empezó un día que mi marido me preguntó: ¿qué te parece si ponemos pistachos?….¿ pistachos ¿…, le respondí, y eso ¿ de qué va ¿….

A partir de ese día, ya hace casi tres años, nos embarcamos en toda una aventura.

Vivo en un pueblo salmantino, en el que, afortunadamente se puede todavía vivir bien, y formar una familia en el entorno que hemos elegido, todo un lujo en estos tiempos. En él nací hace más de cuarenta años en el seno de una familia de ganaderos de ovino y agricultores.

Me formé en otras disciplinas, alejadas del medio rural, tenía trabajo estable y relativamente cómodo.

Inexplicablemente, llevábamos tiempo pensando en una alternativa para poder conciliar la utópica vida laboral y familiar, sin sucumbir en el intento. Una alternativa viable económica y personalmente.

Comenzamos con una parcela de una hectárea, era el único terreno que teníamos, junto con un gran desconocimiento de este cultivo. Estaba todo por hacer.

Lo primero era buscar información, datos, referentes a nivel nacional e internacional, investigar, preguntar y preguntar.

Afortunadamente, te encuentras con personas excelentes por el camino que, desinteresadamente, te echan una mano (mi especial agradecimiento a Juan Erans, albaceteño entrañable, te debo muchas), a quienes te ponen zancadillas, no merece la pena ni nombrarlos.

Existe un Centro de desarrollo  del cultivo en Ciudad Real ( El Chaparrillo ) y a través de su director y sus publicaciones  ( J.F.Couceiro y su equipo ), fuimos teniendo nociones generales de por dónde empezar.

Conseguir planta fue toda una odisea, no os podéis imaginar el engaño que hay en este mundo. Muchas personas, viveristas, intermediarios, se están aprovechando del  auge del pistacho, jugando con nuestros sueños. Mi humilde consejo: dedicadle tiempo, y buscad buenos consejeros, aún así, todos cometemos errores, y más en esta tierra en la que el desarrollo de este leñoso aún está muy tierno. Es un cultivo lento, con sus peculiaridades, su amortización es a largo plazo. Se necesita mucha paciencia y cuidados.

Os podía contar decenas de anécdotas, situaciones, en las que no sabes por dónde tirar. Hay etapas difíciles, de mucha incertidumbre, de pensar que te has equivocado. Aún así os animo, sinceramente, a todos aquellos, hombres y mujeres, que sentís vuestra tierra a quedaros en vuestro sitio, en el sitio al que pertenecéis.

Hace unos años, si alguien me hubiera pronosticado que me iba a dedicar a la agricultura, me hubiera reído, y mucho. Ahora, con la satisfacción de haber comenzado, ampliado la plantación y con nuevas expectativas me siento feliz.

Las mujeres en el medio rural, como ya es sabido y reconocido, o eso espero, han tenido un papel muy difícil. Histórica y culturalmente se las impuso un rol que ha supuesto una condena. Formar una familia, criar hijos, llevar el trabajo doméstico, ayudar en las labores del campo y del ganado, educar, cuidar …..me pregunto muchas veces, dónde se han quedado los millones de ilusiones por cumplir de todas ellas. No pretendo arreglar nada a estas alturas, pero sí deciros que se pueden realizar infinidad de proyectos, que podemos, y tenemos valía de sobra.

Tenemos, nosotras mismas, que quitarnos las etiquetas impuestas. Si os gusta el campo y queréis dedicaros a él, adelante. No es fácil, como casi nada en esta vida, pero sí real. Repito: SE PUEDE.

Y se puede junto con los hombres, no en su contra. Tenemos puntos de vista y forma de ser diferentes. Hay que aprovecharlo para hacerse más fuerte, no para dividirse.

No me veréis en ninguna manifestación vestida de morado reivindicando derechos de la mujer (lo cual respeto profundamente), me veréis luchando por los derechos del campo y del mundo rural y sobre todo, día a día trabajando, haciendo crecer un proyecto, con humildad y constancia. No necesitamos demostrar nada a nadie.

Rita Barrera Prieto
Rita Barrera Prieto

Afortunadamente, hay medios a los que recurrir para vuestros proyectos. En ASAJA os aconsejarán, en ASPROPICYL (Asociación de productores de pistacho de Castilla y León) nos encontraréis para ayudaros.

Por último, permitidme un humilde consejo: si en vosotros/as hay una pequeña semilla que lucha por crecer, en un medio difícil, abonadla, regarla y darla mucho calor. Es la semilla de la ilusión, de los proyectos, del querer quedarse en nuestros pueblos. Nos lo merecemos, por nosotras y por todas nuestras predecesoras, que ayudaron con su ejemplo de vida y su aliento, a germinar nuestra semilla.

Me encontrareis en Villoria, Salamanca. ¡Hasta pronto!

Rita Barrera Prieto

 

Esta es una nueva sección de ASAJA Valladolid que quiere contar las historias de muchas mujeres que día a día trabajan en el campo. Si quieres ser la siguiente y contarnos tú historia dirígete a esta dirección de correo: asajavalladolidmujer@gmail.com

También estamos abiertos a opiniones y sugerencias.