La sede nacional de ASAJA acogió este jueves, 23 de octubre, la jornada Agricultura en tiempos de incertidumbre: energía, ciencia y soberanía alimentaria, organizada junto a Corteva Agriscience, con la participación de representantes del Mimisterio de Agricultura, el Centro Superior de Investigaciones Científicas, la Universidad del País Vasco, organizaciones y experos del sector agrario. El encuentro sirvió para abordar tres pilares estratégicos del futuro agrario: la bioenergía y el biogás, las nuevas técnicas genómicas (NGTs) y el biocontrol y la protección vegetal. El presidente nacional de ASAJA, Pedro Barato, clausuró la jornada con una defensa de una agricultura moderna, profesional y rentable, basada en la ciencia y no en la prohibición por prejuicios políticos o ideológicos.

Bioenergía y biogás: el campo como motor de la transición. Los ponentes coincidieron en que el sector agrario puede y debe desempeñar un papel central en la transición energética, aprovechando el potencial de los cultivos intermedios —como la camelina, el cártamo, el girasol o el sorgo— para la producción de biocombustibles sostenibles para la aviación (SAF).

Actualmente, la normativa europea exige que el 2 % del combustible de aviación sea SAF, porcentaje que deberá alcanzar el 70 % en 2050. Según se destacó, España dispone de condiciones agronómicas únicas para liderar esta transformación, siempre que se garantice un marco estable y unos trámites ágiles que favorezcan la inversión y prioricen la producción local frente a las importaciones.

Asimismo, se subrayó la importancia del biogás como herramienta de economía circular para gestionar purines y estiércoles, generando energía renovable y fertilizantes orgánicos.

NGTs: innovación al servicio de la agricultura. El segundo bloque se centró en las nuevas técnicas genómicas, entre ellas la tecnología CRISPR (edición genética que permite cambiar el ADN de manera precisa, económica y sencilla, adaptada de un sistema inmunitario natural), que ya se aplican con éxito en otros países. Los expertos reclamaron una normativa europea ágil, predecible y basada en la ciencia, alejada de restricciones burocráticas y de la sostenibilidad mal entendida que frena la innovación.

La tecnología CRISPR no crea transgénicos, sino precisión y competitividad para el agricultor, se recordó durante el debate, en el que se insistió en que España no puede quedarse atrás en el uso de estas herramientas, esenciales para desarrollar cultivos más resistentes a la sequía, plagas y enfermedades.

Biocontrol y fitosanitarios: equilibrio entre sostenibilidad y eficacia. El tercer bloque puso sobre la mesa la necesidad de mantener una caja de herramientas completa para el agricultor, combinando biocontrol con productos fitosanitarios eficaces y seguros.

Los participantes alertaron de que la Unión Europea ha cancelado ochenta y seis materias activas, ha renovado cuarenta y cinco, y ha aprobado tan sólo seis o siete nuevas en los últimos tres años, lo que está reduciendo la capacidad de defensa de los cultivos europeos frente a plagas y enfermedades.

Se reclamó una revisión del Reglamento 1107/2009, que incluya un sistema de autorización provisional, una renovación sólo cuando existan nuevos datos y un reconocimiento mutuo más ágil entre los estados miembros. También se pidió una regulación clara para el uso de drones en la aplicación de productos fitosanitarios.

BASES CIENTÍFICAS. Sin alternativas reales, la sostenibilidad se convierte en impotencia, afirmó el presidente nacional de ASAJA, Pedro Barato, quien clausuró la jornada defendiendo una agricultura moderna, profesional y rentable, basada en la ciencia y no en la prohibición.

Por su parte, el presidente de Corteva Agriscience para España y Portugal, Manuel Melgarejo, reafirmó el compromiso de la compañía con los agricultores y con una colaboración abierta con las instituciones y administraciones para dotar de herramientas suficientes al campo. Pero para ello, necesitamos un marco legislativo con criterios basados en la ciencia, predecible y claro, que permita avanzar con confianza hacia una agricultura más sostenible, productiva y resiliente.

La jornada concluyó con un mensaje compartido por todos los participantes: la agricultura no es el problema, sino parte de la solución. Ciencia, innovación y sostenibilidad deben avanzar juntas para garantizar el futuro del campo español./