El año 2023 se ha saldado con un promedio mensual de veinticinco ataques del lobo a la ganadería de la provincia de Palencia. Supone cuatro veces más de los que se registraban antes de que el Ministerio de Medio Ambiente prohibiera su caza al norte del Duero, en septiembre de 2021. ASAJA-Palencia vuelve a reclamar que deje de ser una especie de protección especial, porque el lobo está muy lejos de extinguirse y los daños al profesional ganadero son cada vez más cuantiosos. Sólo el pasado año se registraron más casos que en todo el trienio 2020-2022.

La escalada de daños a la ganadería provincial no se detiene. Hay que subrayar además que se trata de las cifras oficiales de casos denunciados, facilitadas recientemente por la Junta de Castilla y León (Consejería de Medio Ambiente), pero hay muchos otros ataques y daños que no se comunican, ni forman parte de esta triste estadística, bien porque no aparece el animal, bien por el hartazgo del ganadero, a quien incluso en ocasiones se pone en duda la causa de los ataques.

Las cabezas afectadas y sacrificadas por los ataques del lobo también se multiplican en 2023, con 343 muertes, de modo que el pasado año superaron a las contabilizadas en todo el trienio anterior al cambio normativo (2019-2021) y son más del doble (+104 %) que las registradas en 2021 y el 53% más que en 2022, con 168 y 224 cabezas muertas, respectivamente.

Los datos y los gráficos que aparecen al final de esta información muestran cómo claramente se disparan los casos de ataques de lobo a la ganadería palentina, así como las muertes de cabezas ocasionadas en el último bienio, y especialmente en 2023, como sucede en otras provincias de Castilla y León, lo que revela que la especie no se está extinguiendo, ni mucho menos.

RECTIFICACIÓN. Por ese motivo, ASAJA-Palencia reclama una vez más al Gobierno de España que rectifique, y que vuelva a permitir una caza regulada del lobo ibérico al norte del Duero, como sucedía antes del cambio de estatus aprobado en septiembre de 2021, donde tuvieron un voto determinante las comunidades autónomas sin presencia de esta especie.

No es ningún capricho que una de las doce reivindicaciones esenciales de la tabla reivindicativa suscrita por ASAJA-Palencia en la actual movilización agroganadera pida explícitamente el «control de la fauna salvaje e indemnizaciones justas de los daños producidos».

Se trata de un viejo caballo de batalla de esta organización agraria, y nunca mejor dicho lo del caballo, porque también ha reclamado reiteradamente a la Junta de Castilla y León que actualice los baremos de indemnización y en especial el del ganado equino, cada vez más atacado por los lobos en nuestra provincia, tanto por los daños directos e indirectos que causan al profesional como por el valor real de estos animales.

En 2023, el ganado equino de la provincia, concentrado en la zona norte, sufrió 92 ataques de lobo, con 98 cabezas sacrificadas. Son casi el doble de los acumulados en todos los cuatro años anteriores (57 ataques y 57 cabezas en el periodo 2019-2022 en Palencia).

150 ATAQUES AL VACUNO. Dada su mayor presencia y distribución territorial, el ganado vacuno continúa siendo el más atacado, con centenar y medio de casos en 2023, que arrojaron una pérdida de 155 cabezas. Son más que en todo el trienio anterior al cambio de estatus del lobo (2019-2021) y más del doble que en el ejercicio de 2022, que se saldó con 67 ataques al vacuno palentino.

Palencia es, después de Burgos (+627 %), la provincia de Castilla y León en la que más se han incrementado (+190 %) los ataques del lobo en 2023 con respecto a 2021, año en cuyo cuarto trimestre ya obró el cambio de estatus de la especie. Con respecto a 2022, primer año completo con prohibición de caza en toda la comunidad, al norte y al sur del río Duero, también Palencia (+105 %) ha sido la segunda provincia con más aumento proporcional en el número de ataques, sólo superada por Burgos (+208 %).

Cada semana de 2023 se registraron en la provincia de Palencia casi seis ataques. En ASAJA-Palencia mucho nos tememos que en este 2024 ya se haya alcanzado el promedio de un ataque diario.

En el verano de 2016 —pronto hará ocho años—, ASAJA-Castilla y León aprobó en el marco de su noveno congreso regional su documento Respuestas para la agricultura del futuro. Lamentablemente, siguen vigentes las tres reivindicaciones de nuestra organización sobre esta materia allí recogidas:

  • Control de censos para que el lobo no sobrepase los que históricamente ha tenido la especie y para que no se introduzca donde tradicionalmente no ha estado.
  • Consideración como especie cinegética en toda Castilla y León, independientemente de que se trate o no de espacios protegidos.
  • Asunción por parte de la administración de todos los daños [todos, directos e indirectos] ocasionados por el lobo en la cabaña ganadera en concepto de daños patrimoniales.
La línea roja punteada marca la entrada en vigor del estatus del lobo como especie de especial protección (septiembre de 2021)
Fuente de todos los datos recogidos en esta información: CONSEJERÍA DE MEDIO AMBIENTE, VIVIENDA Y ORDENACIÓN DEL TERRITORIO-JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN