La Comisión Europea renovará la autorización de uso del glifosato por diez años ante la falta de acuerdo de los Estados miembros, que no han alcanzado la amplia mayoría que se necesitaba para su prohibición. Esta ampliación de los permisos se había reclamado insistentemente por el sector agrario. ASAJA mantiene, no obstante, que la prórroga debe llegar a quince años, según marca la normativa europea, máxime tras el volumen de análisis científicos que no han detectado «áreas de preocupación» durante el amplio proceso de evaluación iniciado en 2019, y tras manifestar la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). que no hay riesgo para la salud.

Por segunda vez, según lo esperado, los representantes de los países miembros en el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos (PAFF) no llegaron el pasado jueves, 16 de noviembre, una posición a favor o en contra de la reautorización del glifosato por mayoría cualificada, tras la propuesta de la Comisión.

Por ese motivo, la Comisión Europea tendrá la última palabra sobre el herbicida más utilizado en el campo, pero se da por hecho que se concederá por diez años, lo que alivia al sector agrario comunitario.

Actualmente no existe alternativa equivalente al glifosato, sin cuyo uso muchas prácticas agrícolas, especialmente la conservación del suelo, se volverían muy complicadas, ya que dejarían a los agricultores sin soluciones u obligados a acudir a opciones que consumen aún más herbicida.

POSIBLE CAMBIOS NORMATIVOS. La Comisión debe pronunciarse antes del 15 de diciembre, fecha en la que expira la actual autorización. Seguramente, Bruselas renovará la aprobación del glifosato, aunque es muy posible que la UE establezca un nuevo marco de regulación, con las condiciones y restricciones sobre su uso que regirán en la próxima década.

Para tomar esta decisión, el Ejecutivo comunitario se basa en el informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), que el pasado julio ya apuntó que el uso del glifosato no supone un riesgo para la salud.

Por su parte, las dos entidades que representan a nivel comunitario al sector agrario y a las cooperativas (COPA-COGECA), venían reclamando la prórroga del uso del glifosato, en virtud de esos informes de la EFSA, pero también de la abundante documentación aportada por el Grupo de Evaluación del Glifosato (AGG) y de la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) en un proceso de trabajo de base científica que empezó en 2019.

Esa documentación confirmó que el glifosato no cumple los criterios para clasificarse como carcinógeno, mutagénico o tóxico para la reproducción y concluyó que no existen áreas de preocupación que justifiquen no renovar el permiso para el uso de esta sustancia.

Asimismo, la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS), entidad creada para asegurar la sostenibilidad agrícola, que integran las organizaciones de agricultores ASAJA, COAG y UPA, Cooperativas Agro-alimentarias de España, la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (FEPEX) y la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV), también ha solicitado a la Comisión Europea la urgente renovación del herbicida glifosato, tras la votación de la pasada semana en el Comité Apelación de la Unión Europea (UE).

ESPAÑA, A FAVOR. Posiblemente, por este amplio consenso del sector, España fue uno de los diecisiete países comunitarios que votó a favor de la renovación de la aprobación de la sustancia, mientras que votaron en contra Croacia, Luxemburgo y Austria; y se produjeron siete abstenciones (Francia, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Países Bajos, Malta e Italia, país que un mes antes se había manifestado a favor).

Cabe recordar que los agricultores hacemos un uso responsable del herbicida glifosato, al respetarse las dosis establecidas en su etiquetado, reducirse el número de aplicaciones y elegir el momento más adecuado en su aplicación, con el fin de que no existan derivas ni contaminación en las fincas colindantes. La actividad agraria se encuentra altamente supervisada y sus técnicas de producción perfectamente reguladas y sometidas a los más rigurosos y estrictos controles./