El viernes día 23 de septiembre los agricultores y ganaderos de Castilla y León fueron convocados por ASAJA, COAG y UPA para reivindicar medidas de choque que puedan mitigar los altísimos costes de producción que se van a sufrir en la campaña agrícola que se está iniciando.

Los costes de los insumos han llegado al punto de ser inasumibles por el sector. Con una sementera que se va a ir a más de 1.000 euros por hectárea muchas explotaciones no tienen capital circulante para afrontarla y, aún teniéndolo, las producciones dependen del clima y los precios de los productos que se obtengan no se conocen, lo que hace que la apuesta de la siembra sea más arriesgada que nunca. En el ámbito ganadero la situación no mejora, con unos altísimos costes de producción que no pueden pagar los ganaderos aún cuando se les está pagando un mayor precio por la leche que hace un año.

En un entorno más negativo que nunca más de un millar de agricultores y ganaderos, donde destacaba la presencia de gente proveniente de nuestra provincia, recorrieron diversas calles principales de la ciudad de Valladolid bajo el lema «Si el campo no puede producir, la ciudad no podrá comer». Se inició la marcha en la Delegación del Gobierno y se finalizó en la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, donde los representantes agrarios trasladaron sus mensajes a los presentes.

Donaciano Dujo, presidente de ASAJA, auguró «un mal año en producción», lo que redundará en una «carencia de productos como carne y leche». «Si la ciudad no come es cuando realmente hay un problema, mientras el problema lo tenga el campo los políticos se ríen de nosotros» y «todos ellos son responsables de la situación del campo», afirmó.

Las palabras del presidente regional de ASAJA recuerdan un hecho que ha calado en la sociedad y es que la pandemia recordó a todos que hay abastecimiento de alimentos porque hay gente que los produce y esa producción se está viendo comprometida por los costes de su obtención y por una normativa ambientalista creada por políticos que siguen pensando que el pan y la leche salen de los supermercados.