ASAJA ha remitido la pasada semana, de manera conjunta con las organizaciones profesionales agrarias COAG y UPA, una carta conjunta al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, para denunciar la crítica situación del sector cerealista español. Pese a las buenas condiciones meterorológicas de este año para la cosecha cerealista, el hundimiento de los precios en origen y el imparable aumento de los costes de producción han llevado a este segmento agrícola a una situación de pérdidas generalizadas. Esta situación es el motivo fundamental de la concentración de protesta convocada a nivel nacional por las tres organizaciones para este miércoles, 4 de junio, a las doce del mediodía ante la sede del Ministerio en Madrid.

«La campaña de cereales arranca con números rojos para nuestros agricultores», advierten en su carta conjunta las organizaciones, que acusan a la Unión Europea de haber cometido un grave error al permitir, sin controles ni salvaguardas, una entrada masiva de grano procedente de Ucrania.

Desde el inicio de la guerra en este país, las importaciones de trigo blando en Europa se han multiplicado por siete, distorsionando gravemente los mercados y expulsando al cereal español de su propia casa.

Concentración de protesta de ASAJA, UPA y COAG celebrada en marzo de 2024 en los accesos al puerto de Santander para protestar por la importación descontrolada de cereales sin arancel.

ASAJA, COAG y UPA recuerdan que en los últimos veinte años se han perdido cerca de un millón de hectáreas de cultivos herbáceos en España, desplazadas en su mayoría por cultivos leñosos, lo que evidencia una profunda crisis estructural que amenaza la viabilidad de los cultivos tradicionales.

«Si hoy España mantiene cierta producción cerealista es gracias al esfuerzo de los agricultores y a la innovación en semillas e insumos. Pero eso no basta frente a un mercado desregulado que les deja vendidos», afirman.

Las organizaciones reclaman con urgencia tres medidas clave:

  1. Revisión inmediata del acuerdo comercial con Ucrania, para que se establezcan límites a la entrada de trigo y cebada, y se permita la supervivencia del productor europeo.
  2. Puesta en marcha de una línea de ayudas económicas específica para los cerealistas españoles, como ya se ha hecho en otros países europeos.
  3. Activación de una ayuda directa para compensar el sobrecoste de los fertilizantes, incluyendo los ya adquiridos esta campaña, para amortiguar el desmesurado incremento de precios provocado por aranceles y otros costes añadidos.

«El campo español no puede ser moneda de cambio geopolítico. Si no se actúa ya, miles de explotaciones desaparecerán en los próximos meses», concluyen ASAJA, COAG y UPA.