El presidente de ASAJA PALENCIA, Alfonso Núñez, y la jefe de técnicos, Inmaculada Estébanez, se reunieron con el jefe del Servicio Territorial de Agricultura y la responsable de plagas, para exponer la gravedad del problema del bromus y solicitar soluciones, como puede ser el control y seguimiento de determinadas parcelas afectadas, con pruebas de quemas de rastrojos y poder comparar su efectividad frente a la plaga.
Se da la circunstancia de que en algunas explotaciones ya se han llevado a cabo hasta cuatro tratamientos para el control del bromus, sin lograr resultados, por lo que es preciso plantearse cuál es la medida menos perjudicial para solucionar la plaga, si el uso masivo de herbicidas, con un alto coste económico y escasos resultados, o la quema controlada de rastrojos.
Dado que no existe tratamiento o herbicida específico para eliminar el bromus, y las plantas se hacen más resistentes cada año, para ASAJA está muy claro que se necesita la autorización para la quema controlada de rastrojos, ya que de lo contrario, la plaga puede llegar a propagarse aún más.
Los técnicos de la organización explican que desde que se prohibió la quema de rastrojos, la plaga va avanzando y se hace más difícil de eliminar, y consideran que la quema controlada es la medida más eficaz y con menos coste económico y medioambiental para erradicar este problema.