Atendiendo a las reclamaciones del sector agrícola de Castilla y León sobre los problemas que estaba ocasionando la aplicación de nuevos criterios en las Inspecciones Técnicas a tractores agrícolas, que consideraban no homologables la mayoría de las cabinas de unidades que se matricularon en los años ochenta, el director general de Industria e Innovación Tecnológica de la Consejería de Economía de la Junta, Carlos Martín Tobalina, ha ofrecido al sector una moratoria hasta diciembre de 2014.
Tal como desde la Dirección General se comunicará la próxima semana a los concesionarios de ITV, durante este periodo, los tractores con estas características que acudan a la ITV serán revisados según la normativa que hasta hace pocos meses estaba en vigor, ofreciéndoseles la posibilidad de adaptar su cabina a los nuevos criterios, pero sin impedírseles seguir circulando, puesto que en todo caso se trataría de un defecto leve que no ocasionaría ningún problema ni afectaría a la seguridad. Estos tractores venían de fábrica con un doble arco de seguridad, y sobre él talleres e incluso franquicias oficiales de las marcas montaron cabinas (que hoy técnicamente califican como “revestimientos”). Fue la práctica habitual durante muchos años y el agricultor nunca fue conocedor de que estaba adquiriendo un producto que no contaba con la homologación oportuna. Durante todos estos años, estos tractores han circulado sin problemas, y de hecho las adaptaciones que se han pedido a raíz de la nueva interpretación de una norma que no ha cambiado, no afectan para nada a la seguridad vial.
En la reunión celebrada el viernes, la segunda de los representantes de las organizaciones agrarias –ASAJA entre ellas– con el director general, Martín Tobalina ha anunciado que desde Castilla y León se solicitará al Ministerio de Agricultura que se pronuncie con claridad sobre si es vinculante la instrucción de procedimiento, elaborada por la Estación de Mecánica Agrícola en 2009, que ha ocasionado estos problemas. El hecho es que, según cada comunidad autónoma, en algunos casos se ha considerado esta instrucción como una norma obligatoria, mientras que en otras se ha ignorado. Desde ASAJA “confiamos en que se consiga que los tractores de los años ochenta, que hasta ahora se consideraban que eran aptos para circular, lo sigan siendo, sin más complicaciones”. Solo en Castilla y León, el número de tractores afectados por estos cambios podría superar las 15.000 unidades.