A principios de esta semana, la Universidad de Kiel (Alemania) publicó un nuevo estudio sobre las posibles consecuencias de la aplicación de la estrategia «De la granja a la mesa». Surge un informe más que confirma las repercusiones
descomunales que podría tener la estrategia «estrella» de la Comisión sobre la producción comunitaria de alimentos, las explotaciones agrícolas y la cohesión de nuestras zonas rurales. Este nuevo estudio, que vienen a confirmar lo que
concluye un informe técnico del CCI que se publicó a mediados del verano con suma discreción, también pone de manifiesto la masiva fuga de carbono que podría resultar del enfoque orientado a objetivos de la estrategia «De la granja a la mesa», lo que lleva a los autores a afirmar que «¡La estrategia «De la granja a la mesa» no es eficaz contra el cambio climático!».

Tras más de un año desde que la Comisión lanzara su estrategia «De la granja a la mesa», sigue haciendo falta un estudio oficial, lo que ha impulsado a varias universidades y partes interesadas a realizar un diagnóstico de su posible impacto. En las últimas semanas han ido surgiendo numerosos estudios que señalan tendencias similares, lo cual debería generar preocupación incluso en ámbitos ajenos a la comunidad agrícola.

Por lo que respecta a la producción, al igual que todos los estudios, este nuevo informe considera que la estrategia «De la granja a la mesa» provocaría un importante descenso de la producción. Para los autores, este descenso en toda la UE oscilaría entre un 20% para la carne de vacuno, un 6,3% para la leche, así como un 21,4% y un 20% para los cereales y las oleaginosas respectivamente. Al igual que todos los estudios anteriores, los autores prevén un aumento significativo de los precios. Los efectos más impactantes sobre los precios podrían observarse en el caso de la carne de vacuno, con un aumento del 58%, seguido de la carne de cerdo, con un aumento del 48%, y de la leche cruda, con un aumento aproximado del 36%. El aumento de los precios de los cultivos oscilaría entre el 15% para las frutas y hortalizas, el 18% para las semillas oleaginosas y el 12,5% para los cereales. En cuanto al comercio, la conclusión de la Universidad Christian-Albrechts también es muy clara: si se aplican simultáneamente todas las medidas de la estrategia «De la granja a la mesa», «se pasaría de una posición en la cual la UE cuenta con exportaciones netas para los cereales y la carne de vacuno a una con importaciones netas».

En cuanto al estudio del CCI, este nuevo informe prevé una reducción de las emisiones de GEI del orden del 29% del potencial de calentamiento global de la agricultura de la UE. Sin embargo, los autores consideran que la estrategia no será eficaz desde el punto de vista climático. Por un lado, los autores consideran que la estrategia llevará a una reducción de 50 millones de toneladas de CO2eq del almacenamiento de CO2 en el sector comunitario del UTCUTS (Uso de la Tierra, Cambio de Uso de la Tierra y Silvicultura), mientras que por otro la deslocalización de nuestra producción a terceros países produciría 54,3 millones de toneladas de CO2eq de emisiones adicionales de Gases de Efecto Invernadero. Estos dos mecanismos combinados neutralizarían el efecto que busca la estrategia de la UE de lograr una reducción efectiva de las emisiones agrícolas.

La conclusión de los investigadores debería ser una llamada de atención a los responsables políticos europeos: «La estrategia «De la granja a la mesa» como tal no constituye todavía una estrategia coherente de política agrícola. Las medidas individuales dentro de la estrategia «De la granja a la mesa» corresponden más bien a restricciones específicas de la producción que todavía no proporcionan un marco coherente de política agrícola concebido para lograr una aplicación eficaz y eficiente de los objetivos del Pacto Verde en la agricultura».

Este estudio, al igual que los anteriores, tiene limitaciones, ya que la estrategia «De la granja a la mesa» tendrá numerosos efectos y serán difíciles de captar mediante una única herramienta de modelización. Sin embargo, ¿por qué no se han desarrollado estos modelos antes de anunciar los objetivos cuantificados? ¿Por qué la Comisión no ha realizado todavía una evaluación del impacto de esta estrategia que nos permita debatir soluciones sobre una base concreta? ¿Por qué el Parlamento Europeo se dispone a votar en el Pleno medidas aún más restrictivas sin haber medido siquiera el impacto añadido?

En respuesta al nuevo estudio, Christiane Lambert, la presidenta del Copa, declaró: «La comunidad agrícola de la Unión está comprometida con las transiciones necesarias y en todas partes se multiplican las iniciativas a nivel local y mundial. Sin embargo, ahora nos enfrentamos a un verdadero problema metodológico en cuanto a cómo se establece en Bruselas la estrategia «De la granja a la mesa». Ni la Comisión Europea ni el Parlamento Europeo pueden ignorar estas publicaciones o las consecuencias sociales, económicas y medioambientales que estas suponen. No podemos aceptar un enfoque contraproducente por parte de la estrategia «De la granja a la mesa» orientado a los objetivos. Esta semana nos ha llamado la atención que la agricultura ni siquiera se haya mencionado en el discurso sobre el Estado de la Unión. La Comisión debe abrir un verdadero diálogo con su comunidad agrícola, trabajar en soluciones concretas si esperamos encontrar respuestas colectivas, en cuestiones fundamentales como la fuga de carbono, la soberanía alimentaria y la distribución justa de los esfuerzos.»