¿Dónde está el gasóleo profesional?

Por Alfonso Núñez Plaza

 

Las compensaciones por la subida del gasóleo que anuncian a bombo y platillo Coag y Upa, “vendiendo” como una panacea la devolución del Impuesto Especial de Hidrocarburos a los agricultores y ganaderos, en virtud del acuerdo firmado por ambas organizaciones con el Gobierno, son una burla para el sector.

 

Los 7 céntimos por litro consumido (0,079 euros/litro, o lo que es lo mismo, 13,09 pesetas/litro) entre octubre de 2005 y 2006 que se devolverán a los agricultores y que Coag y Upa califican como un “beneficio”, no son sino una triste limosna para los profesionales del sector. Esta cacareada devolución del IEH, de la que tanto se enorgullecen, es un caramelo envenenado pues conlleva la desaparición de los beneficios fiscales de los que venía disfrutando el sector agrario, como las reducciones de los rendimientos netos del 15 por ciento de gastos de fertilizantes o plásticos y del 35 por ciento en gastos del gasóleo.

 

Desde ASAJA denunciamos que esta especie de compensación pactada con las dos organizaciones firmantes del acuerdo haya servido para que el Gobierno siga sin dar soluciones reales y efectivas al alto precio del gasóleo agrícola. Los 7 céntimos por litro no sirven para paliar la progresiva subida de imputs en las explotaciones.

 

Al contrario, la cicatera devolución del impuesto de Hidrocarburos sólo ha servido para poner un parche a este problema y prorrogar lo que a juicio de ASAJA sólo tiene una solución: la creación de un gasóleo profesional. Sólo hay que remitirse a las cifras. Una vez sea efectiva la devolución del impuesto, el agricultor acabará pagando el litro de gasóleo a 94 pesetas, frente a las 40-45 pesetas/litro que desde ASAJA hemos reivindicado siempre para el gasóleo profesional.

 

ASAJA recuerda que Coag y Upa rompieron la unidad de acción en la defensa del mejor acuerdo posible en la crisis del gasóleo, abortando cualquier posibilidad de lograr beneficios verdaderos para agricultores y ganaderos. El acuerdo pactado entonces fue muy negativo para el sector agrario, tal y como valoramos en su día. Entonces consideramos incomprensible la aceptación del mismo por parte de Coag y Upa, sólo cinco días después de que las tres organizaciones nos echamos a las carreteras para protestar por el mismo documento que firmaron después, sin haberse modificado ni una coma. La única explicación que encontramos a esta actitud es que fueron ambas organizaciones las que antepusieron sus intereses a los del sector.

 

Pero el colmo de la desfachatez es que ahora Coag y Upa se atrevan a dar la cara delante de agricultores y ganaderos autocomplaciéndose de las migajas que van a llegar al bolsillo de los hombres y mujeres del campo, cuando deberían estar avergonzados de lo que les han hecho perder con su firma (50 pesetas por litro de gasóleo consumido), poniendo en peligro la viabilidad de muchas explotaciones agrarias. La única falta de dignidad, cordura y criterio es atribuible a Coag y Upa, que han permitido que al final el agricultor tenga que pagar más caro que nunca el gasóleo.

 

En ASAJA estamos orgullosos de no haber traicionado nunca la voluntad de los profesionales del campo. Por eso no renunciamos en nuestra exigencia de afrontar el problema del gasóleo con rigor y seriedad, de pedir soluciones definitivas que eviten que el agricultor y el ganadero se arruine con nuevas subidas de combustible y sobre todo, nos mantenemos en nuestra reivindicación de un gasóleo profesional, además de medidas de tipo fiscal y carácter estructural, al igual que existen en otros países de la UE.

 

Lo que tenemos muy claro es que un gasóleo a 97 pesetas/litro, no es un gasóleo profesional.