La Comisión Europea, según se anticipó hace unos días, ha renovado la autorización del glifosato por diez años más, hasta el 15 de diciembre de 2033, decisión adoptada después de que los países miembros no alcanzaran un acuerdo para la renovación o la retirada del herbicida, ni en el Comité Permanente de Vegetales, Animales, Alimentos y Piensos, ni en el Comité de Apelación. ASAJA, a través de su oficina en Bruselas y también de las dos coordinadoras de las organizaciones agroganaderas (COPA) y de las cooperativas del sector (COGECA), ha sido especialmente combativa en la defensa del uso del glifosato, ya que hoy por hoy se trata de un herbicida sin alternativas equivalentes. Es decir, sin glifosato resultarían imposibles muchas prácticas agrícolas, especialmente las de conservación del suelo.

El Diario Oficial de la Unión Europea ha publicado este miércoles, 29 de noviembre, el reglamento de ejecución por el que se renueva la autorización del uso exclusivo como herbicida de la sustancia activa glifosato, una norma que ya será de aplicación a partir del próximo 16 de diciembre, fecha en la que concluye la autorización vigente hasta ahora.

La Comisión ha determinado las dosis a aplicar para su uso en la agricultura (1,44 kilogramos de glifosato por hectárea y año), así como para el control de especies invasoras en zonas agrícolas y no agrícolas (1,8 kilogramos de glifosato por hectárea y año). También se regula la dosis para su uso en zonas no agrícolas (3,6 kilogramos de glifosato por hectárea y año). 

EVALUACIONES EXHAUSTIVAS. El propio texto del recién aprobado Reglamento de Ejecución (UE) 2023/2660 recuerda que el glifosato ha sido objeto de dos evaluaciones exhaustivas desde 2012, y que en ninguna de ellas se identificó ninguna preocupación indicativa de incumplir los criterios de autorización.

No obstante, «aunque no se identificaron impactos directos sobre la biodiversidad» en esa evaluación de riesgos, el reglamento insta a los países miembros, caso de identificar cualquier posible impacto indirecto, a considerar «la sustitución de los usos de productos fitosanitarios que contengan glifosato por otros métodos prácticos de control o prevención disponibles con menos impacto sobre la biodiversidad, incluidas las técnicas de escarda no químicas».

En ese sentido, la Unión Europea deja en mano de los Estados miembros la identificación de tales métodos, así como el establecimiento de condiciones o restricciones específicas para el uso de productos fitosanitarios que contengan glifosato, por lo que ASAJA mantendrá su ya acreditada labor defensora de un uso racional y equilibrado de este producto, como el que vienen practicando la inmensa mayoría de los agricultores, máxime tras el exhaustivo examen del que ha sido objeto cara a su valoración, y en tanto no existan alternativas equivalentes.

RESTRUCCIONES Y VENTAJAS. La Comisión Europea, basándose en las evaluaciones realizadas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), ha renovado la autorización por una década (ASAJA había reclamado la ampliación al máximo legal permitido, quince años), pero el reglamento impone algunas restricciones, como la prohibición de su uso como desecante antes de la cosecha y la necesidad de adoptar medidas para proteger otros organismos del herbicida.

El propio Grupo de Renovación del Glifosato, formado por empresas que han defendido la renovación del uso de esta sustancia activa, aconseja al sector agrario equiparse con las herramientas más eficaces y seguras posibles para controlar las malas hierbas, no sólo para contribuir al suministro de alimentos seguros en la Unión Europea, sino también para combinarlas con las nuevas soluciones agrícolas que avanzan en los sistemas agrícolas de conservación y regenerativos, que permiten a los profesionales un control a largo plazo de las malas hierbas invasoras aun sin arar o con mínimos laboreos. Estas prácticas se traducen en que los agricultores puedan reducir la erosión del suelo, mejorar su estructura y la capacidad de retención de agua, y vigorizar los ecosistemas del suelo, según explica el citado grupo./