La peste porcina africana es una enfermedad vírica hemorrágica altamente contagiosa que afecta a cerdos domésticos y silvestres, ocasionando graves pérdidas económicas y productivas. Existen cepas que pueden provocar cuadros agudos o hiperagudos con niveles de mortalidad y morbilidad próximos al 100%, si bien otras cepas cursan con cuadros clínicos sub agudos o incluso crónicos con menor mortalidad. El mayor problema estriba en que, a diferencia de la peste porcina clásica, no hay vacuna para la peste porcina africana (PPA).

Afortunadamente no es contagiosa para el ser humano, siendo sus formas de transmisión las siguientes:
• Contacto directo con cerdos, domésticos o silvestres, infectados
• Contacto indirecto, a través de la ingestión de material contaminado (por ejemplo, residuos de alimentos, piensos o desechos)
• Fómites contaminados (ropas o vehículos de transporte) o vectores biológicos (garrapatas)

La PPA se introdujo en Rusia desde la región del Cáucaso en el año 2007, confirmándose finalmente su presencia en otros países de la región como Ucrania (2012) y Bielorrusia (junio de 2013) que comparten frontera con países de la Unión Europea. Posteriormente, en 2014, dentro de la UE se confirmó la presencia del virus de la PPA en jabalíes y/o en explotaciones de cerdo doméstico en Lituania, Letonia, Estonia y Polonia. En 2017 se detectó por primera vez la enfermedad en jabalíes en la República Checa y en julio en porcino doméstico en Rumanía. En 2018 apareció en jabalíes en Hungría y Bélgica y en cerdo doméstico y jabalíes en Bulgaria.

Durante los años 2019 y 2020 y desde comienzos de 2021 ha continuado la misma tendencia que en años anteriores, con un acusado aumento de casos en verano, confirmándose por primera vez a finales de julio de 2019 la presencia de la enfermedad en Eslovaquia y en Serbia, mientras que en 2020 se detectó por primera vez en Grecia en cerdo doméstico en febrero y en Alemania en jabalí en el mes de septiembre. En Alemania desde el inicio del brote hasta el 1 de noviembre de 2021 se han notificado un total de 2.334 focos en jabalíes (403 en 2020 y 1.931 en 2021), todos ellos localizados en la zona este del país, próximos a la frontera con Polonia.

El principal peligro de que pueda entrar en España es a través de trofeos de caza o por traer productos de las piezas abatidas o material contaminado (ropas, utensilios y vehículos) sin desinfectar. También por traer carne de cerdo contaminada de otros países.
Por todo ello es muy importante que extrememos las medidas de prevención y bioseguridad en las explotaciones.