Éste es el resultado de un estudio realizado por el ITACYL, el cual revela que la remolacha es el cultivo número uno en la fijación de CO2 por hectárea, concretamente 46,4 toneladas, excluyendo las emisiones producidas en todas las fases cultivo, desde la preparación del terreno hasta la cosecha, y en la transformación industrial azucarera.

Viene esto a demostrar la importancia de la agricultura en la lucha contra las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Conviene recordar que el papel de la agricultura no sólo es producir alimentos, sino que también es el principal valedor del mundo rural juntamente con la ganadería.