Que las últimas lluvias no despisten sobre la sequía y las malas perspectivas de cosecha. El daño ya estaba hecho. El tradicional bimestre «llave del año» para el campo provincial se ha saldado con 27 litros por metro cuadrado de precipitación, frente a los 92 de media del periodo 2013-2022. La estación de ITACyL (Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León) en Torquemada, con apenas 15 litros, registró la sexta parte de las lluvias de un año normal. Tan solo en La Valdavia se superaron los 50 litros entre ambos meses, que en todo caso representan la mitad de precipitación que se dio en la década precedente.

Las lluvias de las últimas semanas pueden llevar a engaño sobre la perspectiva de cosecha del campo palentino. El mal ya estaba hecho, en especial en los cultivos de secano. Así se desprende de los pésimos datos de precipitaciones de abril y mayo, tradicionalmente considerados las «llaves del año» agrícola en esta provincia. Las ocho estaciones pluviométricas del ITACyL (Instituto Tecnólógico Agrario de Castilla y León) distribuidas en los dos tercios sur de la provincia ni siquiera alcanzaron en ambos meses un tercio del promedio de lluvias de ese bimestre registrado en la década anterior. Frente a los 92,4 litros por metro cuadrado logrados de media entre abril y mayo en la década 2013-2022, en el año actual solo cayeron 27,2 litros, que representan el 29,4% de ese orientativo precedente. Dicho de modo más gráfico, en los meses clave de esta primavera solo cayeron tres de cada diez litros que podrían esperarse en esas fechas. Más allá de datos, basta y sobra con un paseo atento por el territorio palentino, en especial por las zonas de cultivos de cereal, leguminosas y forrajes, para comprobar las malas perspectivas de cosecha. Las últimas lluvias no pueden convertirse, pues, en una cortina de humo —en este caso, de agua— que despiste sobre la necesidad de ayudas públicas al sector para paliar los daños de la sequía. Esta reclamación ha llevado a ASAJA, en unión con las otras organizaciones profesionales, a convocar este jueves 15, a manifestarse a partir de las doce del mediodía por las calles de Valladolid, desde la Delegación del Gobierno hasta la Consejería de Agricultura, Ganadería y Medio Rural de la Junta de Castilla y León.

Entre las ocho estaciones pluviométricas del  ITACyL, distribuidas por los dos tercios sur de la provincia de Palencia, el caso extremo se ha producido en Torquemada, con tan solo 15 litros por metro cuadrado de precipitaciones entre los meses de abril y mayo. Esta cantidad raquítica representa apenas una sexta parte del promedio de lluvias que en ese mismo punto se midieron en ese bimestre en la década anterior (90 l/m2).

Otras cuatro estaciones se situaron también por debajo incluso de la media provincial de este año en abril y mayo (es decir, ni siquiera alcanzaron ese 29,4% de la lluvia registrada en el bimestre en el periodo 2013-2022). Se trata de Fuentes de Nava (18,4 l/m2), Lantadilla, Villaluenga de la Vega (23,4 l/m2) y Villamuriel de Cerrato (22,3 l/m2), con porcentajes que se sitúan entre una quinta y una tercera parte del precedente inmediato de esos meses en la década 2013-2022.

Particularmente significativo es el caso de Villaluenga de la Vega, porque se trata de uno de los puntos donde de superaron en la anterior década los cien litros por metro cuadrado como promedio (116,1 l/m2). Es también el caso de la estación de Herrera de Pisuerga, donde se registraron 108 litros por metro cuadrado de promedio en abril y mayo en el periodo 2013-2022, mientras este año el bimestre se ha quedado en solo 41,6 litros.

Solo en una de las estaciones del ITACyL, Villaeles de Valdavia, se superaron los cincuenta litros por metro cuadrado —en concreto, 50,2 l/m2—, pero esa cifra apenas supera la mitad (55%) de la cantidad media registrada en ese mismo punto en los meses de abril y mayo de la década inmediatamente anterior (91,3 l/m2). El caso de Villoldo, con solo 29,1 litros por metro cuadrado y menos de un tercio del precedente de la década pasada (32,6%) resulta paradigmático de ese pésimo comportamiento pluviométrico en la provincia de Palencia y, en su caso, del que ha padecido esta primavera Tierra de Campos./