El sector ganadero español ha defendido que no se puede criminalizar a la ganadería intensiva, especialmente la vinculada a los negocios familiares y cooperativas, porque son necesarias en el modelo de producción actual, con unas demandas de alimentación mundial crecientes y porque trabaja «bien y es necesaria» en muchas zonas de España.

Es uno de los mensajes que lanzaron las organizaciones agrarias ASAJA, COAG y UPA tras reunirse en Madrid con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, y con el comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, y tras la polémica generada por el ministro de Consumo, Alberto Garzón, con sus declaraciones en el diario británico The Guardian.

El presidente de ASAJA, Pedro Barato, ha señalado, en declaraciones a los periodistas, la necesidad de convivencia entre la ganadería extensiva e intensiva; de hecho ha puesto como ejemplo el ganado que nace en extensivo y luego pasa a engordarse en cebaderos intensivos. «Es ése el modelo» actual y lo ve necesario para alimentar también a una población mundial creciente.