Al Copa y a la Cogeca nos decepciona la visión que el Parlamento ha plasmado en su Estrategia de Biodiversidad, aprobada la noche del pasado martes durante la sesión plenaria celebrada en Estrasburgo. El texto definitivo propone incluso una nueva definición para el concepto de sostenibilidad, que deja de lado las dimensiones económica y social.

El texto propuesto por la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha suscitado una gran preocupación en el seno de la comunidad agrícola y silvícola. No se ha presentado ninguna solución real al sector para que pueda obtener beneficios importantes a nivel medioambiental; y se ha priorizado uno de los pilares de la sostenibilidad, si bien los tres revisten la misma importancia.

Respecto al resultado de la votación, el secretario general del Copa y de la Cogeca, Pekka Pesonen, ha declarado lo siguiente: «Una vez más, los agricultores desempeñan un papel central dentro de una iniciativa europea, y, una vez más, se nos pide que hagamos más con menos. Si queremos fomentar la biodiversidad, tenemos que ser muy claros: necesitamos más herramientas de gestión para nuestro medio rural, no menos. Al favorecer a un pilar de la
sostenibilidad por encima de los demás, el mensaje que se transmite a los agricultores y silvicultores de toda la Unión Europea es uno cargado de gran desmotivación. El resultado de la votación es incoherente en varios aspectos, como por ejemplo en lo relativo a los productos fitosanitarios. La agricultura no es una ideología, sino una parte fundamental de nuestra sociedad, que proporciona alimentos, fibras y servicios medioambientales indispensables».

Desde el Copa y la Cogeca vemos con buenos ojos la mayor parte de las enmiendas concretas propuestas por la Comisión de Agricultura que se han aprobado en la sesión plenaria. También apoyamos la realización de una evaluación del impacto que revele las posibles consecuencias económicas y sociales de esta iniciativa. Se trata de una evaluación por la que el Copa y la
Cogeca, junto con un número considerable de otras partes interesadas de la cadena de valor, llevan abogando desde mayo de 2020. El no analizar las consecuencias de una de sus principales iniciativas políticas, como es el Pacto Verde Europeo y su Estrategia de Biodiversidad, supondría, en sí mismo, un enorme traspié para la Unión.

En el Copa y la Cogeca acogemos con satisfacción el apoyo que han dado los eurodiputados a los tres puntos clave que defiende la comunidad agrícola: la importancia de que el comercio exterior cumpla con las normas de la UE; el papel clave de la futura Estrategia Forestal de la UE a la hora de reforzar la gestión sostenible de los bosques de manera equilibrada; y la necesidad de disponer de una mayor variedad de herramientas de protección de cultivos alternativas, eficaces, asequibles e inocuas para el medio ambiente.

Tenemos puestas nuestras esperanzas en que la aplicación de la estrategia se centre en soluciones concretas y en que se tengan en cuenta las tres dimensiones de la biodiversidad, incluidos los posibles efectos que pueda tener la deslocalización de nuestro abastecimiento alimentario.