Fernando Gutiérrez, ganadero de vacuno de Quintana del Puente

Este miércoles, después de una larguísima jornada de empacado de paja durante el día y de alfalfa durante la noche, me disponía a irme a dormir, pero como estaba muy nervioso por la tensión que genera el empacado de alfalfa -pues tiene que hacerse en el momento justo y con la humedad precisa- para acostarme un poco más tranquilo y como no había tenido tiempo en todo el día, me dispuse a leer las noticias de los portales agrícolas como me gusta hacer a menudo y, como una bomba, recibí las declaraciones del máximo representante de la Fenil (Federación Nacional de Industrias Lácteas). Prefiero no nombrarle para no volverme a enfadar.  No podía creer lo que se decía con total falta de vergüenza en un principio y con total falsedad después. Decir que no le consta que desaparezcan ganaderos por falta de rentabilidad es como negar que amanece todos los días.

La verdad es que el sector ganadero está pasando por unos momentos cruciales, no sólo por la situación actual sino por una crisis de precios que se ha vuelto crónica y que, lejos de tener visos de mejora, poco a poco se agudiza y hace que el sector merme y se concentre. No sé si es necesario o conveniente pero lo que sí sé es que muchos ganaderos perdieron su forma de vida en los últimos años, y no fue por tener un negocio muy rentable sino porque los números no cuadran y la situación les obliga a echar el cierre a su ganadería y seguramente a la única forma de vida que tenían.

Por lo tanto, quizá las empresas lácteas deberían hacer un acto de conciencia y pensar que la gente no se arruina por puro gusto sino por la rentabilidad de sus negocios, y en eso tiene mucho que ver el precio de la leche. Y pensar en por qué la mayoría de esas industrias han sido sancionadas por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia por pactar precios y repartirse los ganaderos a su gusto y antojo –que es lo mismo que robar a los ganaderos–.

Quiero pensar que estas declaraciones no representan el sentir de la mayoría de las empresas lácteas pues es de justicia pensar que todos nos necesitamos y que ganaderos y empresas tenemos que continuar recorriendo juntos este camino, que más que nunca es pedregoso y empinado, por lo que sería ideal que la persona que representa la Fenil dejase como mínimo de decir tonterías y, en el mejor de los casos, dejase de representar a las industrias normales.

Quizás por declaraciones como éstas los juzgados se han llenado de reclamaciones millonarias contra las empresas lácteas, y puede que por eso los ganaderos deberíamos plantearnos continuar en Inlac (Interprofesional Láctea) si no hay una reacción contra tanto ridículo.

Como se pueden imaginar, esa noche no dormí demasiado a pesar de que llevaba muchas horas de trabajo y un cansancio extremo. Qué bien hubiera dormido sin leer tanta tontería. Bendita ignorancia, cómo ayuda a descansar.

Palencia, 7 septiembre 2020

Fernando Gutiérrez es ganadero de vacuno de leche de Quintana del Puente (Palencia) y Premio Surcos a la Mejor explotación ganadera en 2019