Por Honorato Meneses, presidente de Asaja Palencia

Nos encontramos en pleno periodo de tramitación de la PAC, con las oficinas de Asaja Palencia llenas de actividad y nuestros técnicos llevando a cabo una intensa labor. Mientras, en Europa, se analiza el documento elaborado por la Comisión Europea por el que se plantea el nuevo marco financiero para el próximo periodo PAC. Una negociación que preocupa, y mucho, ya que se temen ajustes en la asignación de fondos por la reducción del presupuesto, como consecuencia de la salida del Reino Unido.

Desde Asaja defendemos una PAC fuerte, rechazamos la renacionalización de los pagos y reclamamos el mantenimiento del presupuesto,  porque de lo contrario no tendría sentido la “C” de Política Agraria europea, la “C” que significa Común, lo que provocaría un daño irreparable al mercado único.

Estamos a tiempo de tomar las decisiones adecuadas que hagan posible defender ese presupuesto, teniendo en cuenta que con las aportaciones de los estados miembros se podría mantener. En este sentido, debo recordar el primer pilar de la PAC, que son los pagos directos y que deben priorizarse.

Necesitamos una PAC fuerte y estable en el tiempo, ya que la incertidumbre que genera el desconocimiento sobre los cambios impide a los agricultores planificar su futuro.

La PAC es necesaria porque es la base de la seguridad alimentaria en Europa, de la sostenibilidad climática y sobre ella se asientan los cimientos del mercado único.

Y además es básica para que la sociedad reconozca el papel de los agricultores y ganaderos como productores de alimentos asequibles y de calidad, así como garantes del medio ambiente y de la preservación del medio natural. El sector agrario es uno de los que consigue descontaminar lo que otros sectores contaminan. Si nos atenemos al dicho de que “el que contamina paga”, el que descontamina debería verse beneficiado.

Y por supuesto la PAC es imprescindible porque debe servir para regular los mercados, y establecer los mecanismos para mantener la producción de alimentos, evitar especuladores, así como excesivos vaivenes de precios tanto al alza como a la baja.

Las exigencias cada vez más exhaustivas que nos impone Europa deben servir para dar más valor a nuestros productos y, por lo tanto, hay que exigir lo mismo a los productos que se importan, ya sea en el tema medioambiental, social o sanitario.

Centrándonos de nuevo en este periodo de tramitación, tengo que reconocer la cada vez mayor complejidad que reviste su tramitación, y recordar que deben ser profesionales como los de Asaja quienes cumplimenten los expedientes.

Y es que tramitar la PAC supone un compromiso casi para siempre con el solicitante, algo que otros no está dispuestos a hacer. No nos podemos jugar el 30 por ciento de la renta de la explotación dejando la tramitación en manos de cualquiera, porque además, los errores se pueden arrastrar año tras año.