Estos días estoy recorriendo la comunidad acompañando a nuestras organizaciones provinciales en las numerosas charlas sobre la nueva PAC que están celebrando con los agricultores y ganaderos. En el tiempo que llevo como agricultor no recuerdo otra sementera más extraña y complicada. Por un lado, unos costes de producción desmesurados, que hacen inviable la siembra de ciertos cultivos más exigentes en sus condiciones agronómicas. Por otro, una normativa que entrará en vigor en enero de 2023 pero que condiciona desde ya las siembras de este otoño. Que una parte importante de las ayudas dependan de lo que elijamos sembrar, los ya famosos eco regímenes, multiplica nuestras dudas y explica el lleno hasta la bandera de todos los actos que estamos organizando en ASAJA.

En medio de la maraña de normativa, que nuestros técnicos van recogiendo y organizando para que la podamos entender y adaptar a nuestra explotación, ya sabemos que muy probablemente tendremos que contar con cultivos o formas de producir distintas. Eso complica la agricultura que veníamos haciendo hasta ahora, tanto las prácticas como las cuentas, y por eso es más importante que nunca contar con el asesoramiento del equipo técnico de nuestra organización.

Hace ya mucho tiempo, desde que empezaron a circular documentos y borradores que ahora han cuajado en el Plan Estratégico PAC para España, en ASAJA dimos la voz de alarma. Ojalá que el tiempo no nos hubiera dado la razón. Como dijimos hace ya meses, la PAC 23-27 no es ni profesional ni productiva. Es, en pocas palabras, la peor de las que hemos conocido, por dos razones principales. Primero, va a limitar aún más la libertad del profesional de la agricultura y la ganadería para gestionar su explotación, condicionando sus decisiones agronómicas a una serie de exigencias muchas veces absurdas. Segundo, va a comprometer el abastecimiento de alimentos. Por si fuera poco, se avecinan más carga burocrática y más controles. Europa y los países miembros quieren una PAC “verde” y poco productiva, y para conseguirlo nos van a llenar de controles cada vez más exhaustivos y multiplicados.

En ASAJA, a través de nuestra oficina en Bruselas, de nuestra estructura nacional y también desde Castilla y León y sus provincias, hemos dedicado muchas horas a defender a los agricultores y ganaderos frente a esta nueva PAC.  Por activa y por pasiva hemos defendido la figura del agricultor activo, del verdadero profesional. Hemos defendido nuestra agricultura continental, más aún cuando somos deficitarios en España de producciones básicas. Y aunque en la negociación alguna mejora se ha logrado (la rotación, la diversificación de cultivos o el pago redistributivo que querían eran todavía peores de lo aprobado finalmente), ha sido siempre una lucha de David frente a Goliat.  En este contexto debo criticar la falta de diálogo real, no de reuniones para cubrir el expediente, con el ministerio. Y también que a veces ASAJA se ha quedado sola en la defensa a ultranza de la profesionalidad empresarial, frente a los postulados de otras organizaciones agrarias, que primaban otro tipo de planteamientos más acordes con las modas actuales.

Pero ahora tenemos que pasar de la crítica a la información, ayudar a nuestros socios para que desarrollen la sementera y el año agrícola en las mejores condiciones, para lograr la máxima rentabilidad posible. Desde ASAJA estamos comprometidos al cien por cien con el sector, y nuestros equipos van a dar lo máximo para ofrecer el mejor apoyo técnico a los profesionales. Esta vez todo es diferente, cada agricultor va a tener que decidir por sí mismo qué cultivos va a sembrar, en qué porcentaje y en qué fincas. Y según lo haga se incluirá en un tipo de ayudas u otro, y elegir si producir o someterse a requisitos para cobrar una ayuda.

Con estas mimbres tenemos que confeccionar la próxima solicitud PAC y elegir qué sembrar este otoño. Como agricultor,  me voy a poner en manos de los técnicos de ASAJA para que me informen y aconsejen sobre qué puedo y debo hacer. Y lo hago no sólo porque soy socio de ASAJA y creo en la organización, sino porque sé que en ASAJA está el mejor equipo técnico, el que velará mejor por mis intereses profesionales. Más de 150 técnicos que conocen la normativa y que cuentan con la información actualizada día a día, porque la máquina de la burocracia no para, y además de farragosa está continuamente añadiendo y modificando condiciones.

El grado de complejidad que tiene la nueva PAC con su estructura verde sobrepasa todo sentido común y lógica. Es absurda por definición, y desde luego en un contexto económico mundial como el que tenemos, con elevados costes de producción y escasez de materias primas, ilógica económica y socialmente. Y aún así, ahí vamos, a por una nueva sementera, lo más económica posible, y a por la primera solicitud de la nueva PAC.