Nuestro sistema Carrión adolece desde siempre de la necesaria regulación para que los regantes dispongamos del agua necesaria para conseguir el mayor rendimiento posible en los regadíos. Ahora estamos viendo cómo los embalses del Carrión están poniéndose a tono, ya que superan la media de diez años, cuando además venimos de un año pésimo con dotaciones muy bajas e incluso cortes de agua en diferentes comunidades de regantes antes de la teórica finalización de la campaña de riego.

Pero que nadie se engañe, seguimos sin tener agua y sin agua seguiremos hasta que no haya donde guardarlo, algo que ahora no tenemos.
En 1991 se publicó la declaración de Impacto Ambiental negativa del embalse de Vidrieros, algo que ha frenado el desarrollo de nuestra provincia, una de las que tiene menor número de instalaciones de jóvenes en Castilla y León. Nos pusieron palos en las ruedas y los políticos provinciales se amilanaron y condenaron al Carrión, no se merecen nada más que caer en el olvido de todos. Quizá ha llegado el momento de que algo que ocurrió hace treinta años se revise y es que no se entiende que algo que se redactó hace tantos años haya que asumir que esté vigente. Son muchos años y las cosas cambian, asumir que todo sigue igual no tiene sentido.

Para solventar el histórico problema del Carrión se planteó la creación de tres embalses en el río Cueza, ahora ya, gracias a otra evaluación de impacto ambiental, se han quedado en dos… o en nada porque son décadas hablando del tema y viendo que no se avanza absolutamente nada. Las balsas de Las Cuezas son la zanahoria que nos van poniendo cuando nos acordamos de que nos falta agua. Precisamente ahora, con el subidón que tenemos porque vemos algo de agua en los embalses –y no olvidemos que necesitamos que se llenen dos veces por campaña, con la participación de la nieve, para que contemos realmente con agua en la campaña- se nos “olvida” nuestra falta de regulación y sibilinamente nuestra denostada Confederación Hidrográfica del Duero vuelve a guardar el proyecto en el cajón, seguro que lo siguen teniendo en pesetas. Volverá la falta de agua, nos quejaremos y nos dirán que se les ha ocurrido hacer unas balsas en Las Cuezas pero que lleva tiempo hacerlas y vuelta a empezar. Así no vamos a ninguna parte. Ya no sé si nos torean o nos dejamos torear pero ellos se salen con la suya y nosotros vemos a nuestra provincia condenada a la falta de agua.

Resulta que los del Carrión mirábamos siempre con sana envidia a nuestros compañeros del Pisuerga, y vaya por delante que todos estamos en el mismo barco, pero ahora nos estamos dando cuenta de que el Pisuerga también tiene problemas, y bien gordos, porque los embalses no se están recuperando pese a las lluvias.

Todos necesitamos una mayor regulación y una gestión del agua en pro del regadío. Ahora estamos viendo que se ponen paneles solares y aerogeneradores por todas partes, supongo que algo de electricidad generarán y me planteo dos cuestiones: ¿Por qué dejar salir el agua de los embalses cuando no sobra con el fin de generar electricidad? ¿Por qué dejar salir de los embalses más agua que el mínimo necesario para que transcurra con normalidad la vida en los ríos?

Desde ASAJA siempre hemos intentado exigir y aportar soluciones. Hace pocos años planteamos a Confederación la posibilidad de realizar una captación en el río Rubagón hacia el embalse de Aguilar; nos hemos quejado amargamente de la desaparición, en el nuevo Plan Hidrológico del Duero, de unos embalses que se pretendían realizar en el río Boedo y el río Burejo; hemos defendido la transformación a regadío en Fuentes de Nava y Autillo de Campos; estamos demandando constantemente que las Administraciones agilicen todas las modernizaciones aprobadas por las comunidades de regantes de Palencia, que se van acumulando pero no avanzan. La respuesta siempre es la misma, no, no y no.

Una de las personas más representativas de la Ilustración en España fue Gaspar Melchor de Jovellanos (1744-1811), político asturiano del siglo XVIII. Nos dejó una frase para la historia y que debería ser el lema de la Confederación: “España nunca será grande mientras las aguas de nuestros ríos se pierdan en el mar”. Pocas frases dicen tanto en tan pocas palabras. Estas palabras de Jovellanos siguen vigentes y deben guiar nuestras actuaciones. Si los políticos de hoy en día, como la ecologista ministra Ribera, última responsable de Confederación, no sirven para nada o peor aún, deshacen más que hacen, tendremos que guiarnos por aquellos que vivieron en España hace más de doscientos años. No siempre tuvimos políticos tan inútiles.