Tras publicarse esta semana la convocatoria de las ayudas para la mejora de las estructuras de producción y modernización de las explotaciones agrarias que incluyen las ayudas a jóvenes agricultores, fundamentales para garantizar el futuro del sector agroganadero de Castilla y León, ASAJA prevé que habrá un importante número de solicitudes, dado que han trascurrido casi dos años desde la última convocatoria, en diciembre de 2021. Por otro lado, nuestra organización cree que la falta de tierra y pastos y las dificultades para acceder a financiación obrarán como factores limitantes para el relevo generacional, pese al interés de estas ayudas cuyo plazo de solicitud concluye el 29 de diciembre.

ASAJA-Castilla y León es la entidad colaboradora de la Junta que tramita un mayor número de estos expedientes, alrededor del 40% de las incorporaciones y también de los planes de mejora de explotaciones, que en parte están vinculados a esas incorporaciones y en otros casos a explotaciones ya establecidas.

Estos planes fomentan la modernización y mejora de las explotaciones, y desde esta convocatoria contemplan específicamente las inversiones productivas vinculadas a contribuir a la adaptación al cambio climático, al uso eficiente de recursos naturales y al bienestar animal.

TOPES INALCANZABLES. En estos casi dos años desde la última convocatoria, cientos de jóvenes han realizado el curso de incorporación a la empresa agraria, requisito previo para probar la cualificación necesaria y pedir las ayudas que ahora se convocan, y que tienen una cuantía importante, incrementada en la nueva PAC 2023-2027, aunque en todo caso es casi imposible alcanzar los topes máximos que anuncian las administraciones.

ASAJA-Castilla y León considera muy importantes estas ayudas, esenciales para el relevo generacional en el campo. Para nuestra organización, salvo en algún territorio o situaciones específicas, en los últimos años en Castilla León se está consiguiendo un relevo no perfecto —las explotaciones hoy son de mayor dimensión y el número de titulares no puede ser el mismo—, pero sí es un relevo suficiente, en la media en que se mantienen cifras similares de actividad agraria y cabaña ganadera, es decir, de producción de alimentos.

BAJA RENTABILIDAD. «Cuando se reducen estas cifras no es tanto por los efectivos como por las condiciones de baja rentabilidad a las que estamos sometidos», señala Donaciano Dujo, presidente de ASAJA-Castilla y León.

En todo caso, tan importantes como estas ayudas son otros apoyos que reciben los jóvenes para consolidar sus explotaciones como el acceso gratuito a los derechos de la reserva nacional, y el denominado ‘pago joven’, incluido en la PAC, que perciben durante cinco años.

Para ASAJA no son sólo las ayudas lo que frena la incorporación de jóvenes al sector, también hay otros problemas muy importantes y de difícil solución. El primer factor limitante es la falta de tierras libres y pastos. «0El joven o la joven que comienza tiene que entrar prácticamente dándose codazos con el resto. Muchas veces termina pagando precios desorbitados por rentas y tierras, lo que a la vez infla la burbuja de precios para todos, lo que es malo tanto para los que se incorporan como para los que ya están trabajando», apunta Donaciano Dujo.

A la falta de tierra, tampoco ayuda que haya agricultores y ganaderos que alarguen más de lo habitual su vida laboral. Y tampoco lo tienen fácil los jóvenes que, ante la imposibilidad de sumar hectáreas de tierras o pastos, apuestan por la ganadería intensiva, un modelo muy eficiente, pero también plagado de dificultades y presiones de todo tipo.

ELEVADAS INVERSIONES. El segundo problema para los que dan sus primeros pasos en el sector es que la inversión que precisan es muy superior a la ayuda que reciben, por lo que tienen que contar con la financiación de los bancos, que no suelen confiar en los jóvenes. Se les ofrece poco dinero, y caro, y se les exigen garantías, por lo que sin el apoyo familiar es prácticamente imposible conseguir crédito. En este punto, es importante destacar que la tasa de morosidad en el sector agrario es de las más bajas.

Para cualquier duda, los interesados pueden acudir ya a las oficinas de ASAJA en Palencia, entidad colaboradora de la Junta de Castilla y León para la tramitación de ayudas al sector agroganadero. Recordemos que se acaban de convocar las ayudas de 2023 para la mejora de las estructuras de producción y modernización de las explotaciones agrarias, dotadas con un presupuesto total de 120 millones de euros, y que incluyen tres líneas de subvención:

  • Ayudas a inversiones productivas en explotaciones agrarias vinculadas a contribuir a la mitigación-adaptación al cambio climático, uso eficiente de los recursos naturales y bienestar animal.
  • Ayudas a inversiones en modernización o mejora de explotaciones agrarias.
  • Establecimiento de personas jóvenes agricultores./