A trabajar

Estos días que prácticamente no hay noticias, y cuando las hay suelen ser desgracias y catástrofes, así que mejor que no las haya, se coló una de política que anunciaba que el mes de enero se habilitaba como hábil en las Cortes de Castilla y León, es decir, que será un mes de actividad parlamentaria.

A trabajar

Estos días que prácticamente no hay noticias, y cuando las hay suelen ser desgracias y catástrofes, así que mejor que no las haya, se coló una de política que anunciaba que el mes de enero se habilitaba como hábil en las Cortes de Castilla y León, es decir, que será un mes de actividad parlamentaria. Claro que si esta es la noticia, quiere decir que los demás años el mes de enero es un mes sin actividad laboral para nuestros representantes políticos, vamos, que empiezan el año cobrando sin tener que ir a trabajar. Quiero pensar, por el aprecio que le tengo, que la actual presidenta de las Cortes, Silvia Clemente, no tiene nada que ver con esta vaguería institucionalizada, sino que es cosa de los grupos parlamentarios que nadan en el vicio y en la abundancia. Quiero pensar que Silvia Clemente no es cómplice de que, cuando todos los castellanos y leoneses empezamos el año con buenos propósitos, nuestros parlamentarios se toman otro mes de asuntos propios, como si fuera poco lo que ya de por sí cortan el ritmo estas fiestas. Estas vacaciones parlamentarias escandalosamente generosas y bien pagadas, coinciden con un retraso pavoroso de los deberes de sus señorías, lo que aumenta la gravedad del asunto. Digo lo de retraso porque las comisiones informativas se celebran cuando las cuestiones de actualidad que se iban a debatir en las mismas han dejado de ser de actualidad, cuando las proposiciones que se presentan por los distintos grupos parlamentarios se han convertido en extemporáneas, y cuando la comparecencia en el Pleno de los distintos consejeros es para explicar acciones de gobierno ocurridas meses atrás. Pero es más, los parlamentarios tienen la obligación de ser ejemplares en lo personal y en lo profesional, y esa ejemplaridad se demuestra cumpliendo con su deber, trabajando tanto como el que más, y no cobrando por lo que no se trabaja. Esa ejemplaridad tiene que significar ser los primeros en dar el do de pecho para sacar a nuestro país del pozo, y a los españoles de las listas del paro.

*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 6 de enero de 2017.