El municipio de Bustillo del Páramo es sin duda uno de los principales ejes de desarrollo agrario de la provincia de León. Lo es por mérito propio de sus agricultores y ganaderos, de la generación actual y de las pasadas, pero lo es también, y sobre todo, porque fue de los primeros en beneficiarse de la llegada del regadío y de una serie de infraestructuras que acompañaron a aquella primera concentración parcelaria que abrió las puertas a una mecanización del sector constante e imparable. Pero un error de una parte mayoritaria de propietarios, que no de agricultores, retrasó en exceso este proyecto de modernización hasta convertirse en el último de la zona. Se ha perdido un tiempo importante y con él lo que hubiera supuesto un incremento anual de la facturación de no menos del 20 por ciento, y ahora toca invertir en el sistema de riego de las parcelas cuando el coste de esta infraestructura se ha doblado y cuando los tipos de interés de los créditos los están convirtiendo en intocables. Aún así, bien está lo que bien acaba, y siendo cierto que han perdido unos buenos años para producir y amortizar las inversiones, no es menos cierto que en otras zonas regables todavía no tienen ninguna previsión de cuándo le va a llegar la vez para engancharse a este progreso de la modernización del regadío. Ahora, en pleno proceso de modernización de su regadío, la consejería de Agricultura y Ganadería acaba de licitar las obras complementarias a la reconcentración parcelaria, las destinadas a reformar la red de caminos y desagües, con un presupuesto de 8,8 millones de euros, lo que casi es calderilla comparado con el presupuesto total de modernizar sus 4.400 hectáreas. Con obras por todas partes y el engorro que ello supone, como cuando se hace una obra en la casa, los agricultores del municipio de Bustillo del Páramo podrán tomar posesión de las nuevas parcelas para las siembras de la próxima primavera  y podrán empezar a cultivar y a regar con la tecnología del siglo XXI. Y de nuevo se pondrán a la cabeza, dales dos años para comprobarlo.

*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 16 de diciembre de 2022.