AZÚCAR Y REMOLACHA

El pasado martes se firmó en Madrid el nuevo Acuerdo Marco Interprofesional Remolachero Azucarero con vigencia para cinco años.

AZÚCAR Y REMOLACHA

El pasado martes se firmó en Madrid el nuevo Acuerdo Marco Interprofesional Remolachero Azucarero con vigencia para cinco años. Este acuerdo, resultado de una larga negociación entre las industria azucarera y las principales organizaciones profesionales agrarias, establece las relaciones contractuales de la compra venta de remolacha y da estabilidad al sector a medio plazo, algo nada fácil en un contexto de desaparición de las cuotas por parte de la Unión Europea, y en un contexto de excedentes mundiales de azúcar y caída de las cotizaciones. Este tipo de acuerdos son impensables con otra industria con la que nos relacionamos, como por ejemplo la láctea, la cárnica, la de los cereales, las legumbres o las patatas, pero no es nada extraordinario con la industria azucarera, con la que se vienen firmando acuerdos similares desde antes incluso de la etapa democrática en nuestro país. El acuerdo no supone ningún chollo para los productores, y supongo que tampoco para la industria, pues los chollos en el mundo económico, y más con perspectivas a medio plazo, son impensables. No es un chollo, es un marco de relaciones económicas que convierte de nuevo a la remolacha en una alternativa real de cultivo en los regadíos modernizados de León, con la ventaja añadida de ser nuestra provincia de las pocas que mantienen una planta azucarera con expectativas de continuidad. No era ningún secreto, pero ahora además se plasma en el acuerdo, la voluntad de la parte industrial de que se produzca la raíz en las zonas próximas a las fábricas, lo que convierte a nuestra provincia  en candidata para producir cerca de un millón de toneladas de remolacha, lo que supone incrementar en más del cincuenta por ciento la superficie actual.

Espero y deseo que lo que se ha rubricado sea de verdadero interés para los agricultores y que las expectativas se cumplan. Porque si se cumplen, los grandes beneficiarios, además de los accionistas de la empresa, serán las empresas y autónomos que proveen de bienes y servicios al sector remolachero y azucarero de la provincia, que son muchas y generan mucho empleo, y serán, por supuesto, lo propios empleados de la planta.

Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 2 de diciembre de 2014.