Campaña de la hierba

Estamos en plena campaña de recogida de la hierba, una labor antaño penosa como lo era también la recogida del cereal.

Campaña de la hierba

Estamos en plena campaña de recogida de la hierba, una labor antaño penosa como lo era también la recogida del cereal. De la primera sabían y saben los ganaderos de la mitad norte y oeste de la provincia, y de la segunda sobre todo los del sur, los cerealistas de los páramos. Hoy ambas tareas están mecanizadas y son por tanto más llevaderas, las campañas más cortas, los agricultores muy reducidos en número, y si no se cuenta pasa realmente desapercibido este trabajo, que hoy es algo cotidiano, y que no hace tanto era todo un reto y hazaña en el calendario agrícola provincial. La provincia de León, sobre todo en la parte más húmeda y montañosa, tenía una riqueza en pastos que ha venido francamente a menos.  El monte y el matorral se ha apoderado de prados particulares casi olvidados por sus propietarios, fincas de tamaño a veces ínfimo, de poco valor, con malos accesos, y que conforman una unidad de cultivo inviable si no se cuenta también con la propiedad de los colindantes. Las concentraciones parcelarias, iniciadas a principios de los años sesenta, no tuvieron como objetivo las zonas de montañas, donde se ha llegado décadas después parcialmente, tarde y mal. A esto se suma el abandono del regadío. En nuestras zonas de montaña había auténticas obras de ingeniería, de tiempos inmemorables, para llevar el agua desde el cauce alto del río a todos los prados del paraje. Estos cauces de tierra se han abandonado, han desaparecido al dejar de hacerse las obras de mantenimiento, y hoy los prados que se riegan son ya una minoría sobre el total. Y además, estos regadíos para los que por lo general no había concesión pero sí una autorización de facto, ahora están clausurados por las autoridades competentes en materia de agua y medio ambiente, y cuando no restringido el recurso tanto en volúmenes como en temporalidad. La riqueza pratense de la provincia de León ha venido a menos, y de qué manera, toda una paradoja cuando pretendemos aumentar la cabaña de vacuno y de equino e incorporar jóvenes a estos sectores que pretendemos sean yacimientos de empleo.

Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 3 de julio de 2015.