CARTA ABIERTA A HELENA CABALLERO, PRESIDENTE DE LA CONFEDERACION HIDROGRAFICA DEL DUERO

Primero de una forma más tímida, y ya más abiertamente en los últimos días o semanas, está usted cuestionando la construcción de los embalses de los ríos Eria y Duerna, que contempla el Plan Hidrológico Nacional aprobado por el anterior gobierno.

opinión

CARTA ABIERTA A HELENA CABALLERO, PRESIDENTE DE LA CONFEDERACION HIDROGRAFICA DEL DUERO

José Antonio Turrado*

Primero de una forma más tímida, y ya más abiertamente en los últimos días o semanas, está usted cuestionando la construcción de los embalses de los ríos Eria y Duerna, que contempla el Plan Hidrológico Nacional aprobado por el anterior gobierno. Su único argumento es que ya no quedan agricultores, o que quedan cuatro pelagatos que cuanto antes desaparezcan mejor, y qué mejor para que desaparezcan que negarles el agua y el pan.

No voy a entrar en el debate agrícola, pues dudo que usted pueda entenderme a mí, ni tampoco a otros muchos de su partido político que a buen seguro piensan como los agricultores y defienden a los agricultores. Le voy a utilizar otros argumentos, y sobre todo, le voy a hacer una comparación con otro proyecto que se está ejecutando, y que usted y su partido político comparte aunque lo aprobara y lo iniciara el anterior gobierno: me refiero al embalse de Casares que regulará el río Bernesga.

La ribera del río Bernesga, como la del Eria y en menor medida del Duerna, tuvo sin duda un pasado agrícola más esplendoroso que el actual. Quizás regar huertas, prados y fincas no justificase suficientemente la realización del embalse, un embalse de tamaño pequeño como los que están proyectados en el Eria y Duerna. Sin embargo, nadie se opuso en su día a que el Estado invirtiese millones de euros en construir una presa que está rematándose en estos momentos, y no se opuso nadie porque a todos los leoneses nos duele que el río pase seco por León capital varios meses del año. Nadie se opuso porque no queremos que las crecidas del invierno destruyan propiedades, y sobre todo destruyan la obra pública que el Ayuntamiento de la capital ha ejecutado en sus márgenes para uso y disfrute de todos. Apoyamos todos la construcción de la presa de Casares porque no queríamos tener para siempre un río maloliente, sin peces ni vida alguna. Y hasta ha habido alcaldes que pretendían hacer de un río con caudal un centro de ocio y esparcimiento de la ciudad.

Cuando ahora hablamos de los ríos Eria y Duerna, queremos tener el derecho a justificar su ejecución con los mismos argumentos que los utilizados en el Bernesga. Los vecinos de la Valdería y Valduerna, tienen o tenemos el mismo derecho a ver el río correr en los meses de verano, con vida por sus aguas, y no convertido el cauce en un auténtico pedregal como se dice en mi pueblo. No queremos un río contaminado, con malos olores, y no lo queremos los de los pueblos, ni los de La Bañeza, como no lo quieren los de la capital de la provincia. No queremos que las crecidas del invierno arruinen nuestras propiedades, y mucho menos que destruyan las obras públicas que ejecutan los ayuntamientos, y por supuesto no queremos correr riesgos con daños a personas o a viviendas, que puede ocurrir. Los habitantes de la Valdería y Valduerna aspiran a que se invierta dinero público en sus comarcas, y los embalses son sin duda una forma de poner en valor la zona desde el punto de vista del turismo rural. Y si toca el tema de la solidaridad, el embalse del Eria, y en menor medida el del Duerna, proporcionaría agua allí donde se necesite aunque sea en otras provincias, tanto para la agricultura como para el abastecimiento a poblaciones, y atenuaría las dramáticas inundaciones que cada pocos años se producen en la zona de Benavente.

Como ve, señora presidenta de la Confederación, no le vamos a permitir que de una forma simplista descalifique la construcción de estos dos embalses. Si usted apoya la construcción del embalse en el río Bernesga, y a buen seguro vendrá a la inauguración al más puro estilo franquista, tendrá usted y los que piensan como usted que dejar a un lado la hipocresía y hacer política al menos con el mismo interés cuando va dirigida a los del medio rural que cuando va dirigida a las ciudades importantes. No puede usted negar el agua a los de los pueblos, no puede negar las oportunidades de desarrollo, no puede negar las inversiones que además de las ventajas económicas tienen otras de ámbito medioambiental, pues en los pueblos tenemos derecho a ser ciudadanos de primera, y tenemos derecho a que un partido político que se dice socialista, se acuerde de nosotros, o al menos que no nos quite lo que el gobierno anterior ya nos había dado.

Señora presidenta: si usted quiere, y para este asunto, no se acuerde usted de nosotros como agricultores, pues si usted tiene que defendernos mal vamos, pero al menos acuérdese usted de nosotros como ciudadanos de unas de las comarcas más desfavorecidas de Castilla y León, y trate de gobernar en conciencia.

León, 12 de julio de 2004.

*Secretario General de ASAJA de León.