Caudales ecológicos

venido a decir lo siguiente: no se van a regular los cauces del Eria ni del Duerna, hay que tener comunidades de regantes legalmente constituidas para delegar en ellas la administración del agua de riego, hay que poner contadores para saber cuánto se gasta, y cuando escasee el recurso se ha de dar prioridad a mantener el caudal ecológico.

Caudales ecológicos

Los representantes de la Confederación Hidrográfica del Duero, de turné por la zona de la Valdería y la Valduerna para justificar su política de gestión del agua ante los regantes y los responsables de las entidades locales, han venido a decir lo siguiente: no se van a regular los cauces del Eria ni del Duerna, hay que tener comunidades de regantes legalmente constituidas para delegar en ellas la administración del agua de riego, hay que poner contadores para saber cuánto se gasta, y cuando escasee el recurso se ha de dar prioridad a mantener el caudal ecológico. Vamos, que estos señores han venido a nuestros pueblos a reñirnos, a hacernos responsables de un mal uso del agua, y a decirnos que cuando  toquen restricciones, hay que empezar por el campo, por el agua que riega nuestras tierras.  Los de la Confederación son déspotas por naturaleza, y lo son más en aquellas zonas regables, como es el caso del Duerna y el Eria, donde no recaudan tasas ni cánones, aunque ciertamente no lo recaudan porque nunca han hecho obra pública alguna que dé derecho a dicho gravamen. Justificar toda una política bajo la defensa del principio de mantenimiento de los caudales ecológicos es cuando menos una actitud propia de políticos tramposos. Porque el caudal ecológico no es algo objetivo, no responde a una verdad absoluta, responde a un criterio determinado adoptado por quién tiene la responsabilidad de gobierno basado en unos informes técnicos que muchas veces se solicitan y se hacen ad hoc. En el caso de los caudales ecológicos de la Cuenca del Duero, entre los que se encuentran el Eria y el Duerna, la decisión política de fijar criterios al respecto se adoptó hace ahora dos año, y los que se pronunciaron al respecto tienen nombres y apellidos: funcionarios de la Junta, funcionarios del Estado, altos cargos de la Junta, altos cargos del Estado, funcionarios y altos cargos de la Confederación, alcaldes, hidroeléctricas, comunidades de regantes, grupos ecologistas y una organización agraria. A ver quién los modifica ahora.

*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 3 de noviembre de 2017