En medios agrarios no se habla de otra cosa que del debate que se celebró en la Televisión de Castilla y León, el pasado miércoles, entre los responsables de las tres organizaciones profesionales agrarias, dirigido por el periodista leonés Eduardo Gordaliza. Un debate que fue el principal acto de campaña de unas elecciones para medir la representatividad de las organizaciones profesionales agrarias, que ha convocado la Junta de Castilla y León para el próximo domingo día 11 de febrero. No opinaré sobre quién lo ganó, pues ni soy objetivo en esta materia ni debo utilizar esta columna para eso. Pero lo cierto es que ganó el campo, que ganaron también las organizaciones agrarias, porque se celebró un debate de altura a los ojos de los entendidos y de los profanos en la materia, donde los dirigentes agrarios demostraron tener conocimientos, tener carisma y tener madera de líderes – cierto que unos más que otros-. Lástima que ese debate, que en definitiva consistía en contraponer las propuestas de unos y de otros, de marcar las diferencias que existen entre las organizaciones agrarias en las recetas para abordar los problemas del sector, no se produjera entre las organizaciones agraria y la consejera de Agricultura y Ganadería de la Junta, Milagros Marcos, que hubiera sido lo suyo. De todas formas, se vieron estilos diferentes de decir las cosas, se vieron maneras diferentes de entender la realidad agrícola y ganadera de Castilla y León, y probablemente los tres dirigentes agrarios convencieron a los suyos y quizás únicamente uno consiguió convencer a algunos de los indecisos que por lo general no son socios de ninguna de las tres organizaciones agrarias que concurren al proceso. A punto estuvo la cosa de terminar en una bronca, que se salvó porque de los tres intervinientes, solo uno llegó al plató con ganas de guerra, de guerra sucia. Y ya se sabe que tres no riñen si dos no quieren. Emplazo a Gordaliza a organizar un debate próximo entre el ganador de las elecciones y la consejera de Agricultura.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 9 de febrero de 2018.