Los desacuerdos o desavenencias entre instituciones están llegando a unos límites nunca vistos y están alcanzando el rango de deslealtad.
DESLEALTAD INSTITUCIONAL
Los desacuerdos o desavenencias entre instituciones están llegando a unos límites nunca vistos y están alcanzando el rango de deslealtad. Deslealtad institucional siempre ha habido, pero normalmente era entre instituciones gobernadas por partidos políticos diferentes, mientras que ahora lo novedoso es que se critican instituciones bajo el mismo paraguas, el del Partido Popular. La Junta no comparte la política que diseña el Estado sobre la reforma de las administraciones, particularmente en el ámbito local, como no comparte su política energética y en concreto la forma de llevar la crisis de la minería del carbón o de suprimir los apoyos a las energías renovables. El Gobierno de Herrera se encara con el de Rajoy por la financiación autonómica, que incluye la autorización del déficit, ya que éste último aplica criterios que perjudican los territorios amplios y despoblados como el de Castilla y León, y se critica, más o menos abiertamente, que los recortes en infraestructuras se ceben más con nuestro territorio. En materia agraria, lo grave está por venir, pero no es cuestión menor que la Junta esté justificando el retraso de pagos pendientes porque el Ministerio no aporta su parte comprometida.
La Junta y la Diputación de León andan a la greña sobre quién tiene las competencias para instaurar un servicio de bomberos en la provincia; las instituciones provinciales y locales le presentan mociones a la titular de Agricultura, Silvia Clemente, por plantear el cierre de unidades veterinarias; y el que nunca falta en todas las salsas, el Alcalde de Valladolid, abrió una brecha criticando abiertamente a la Junta por no apoyar la feria Alimentaria celebrada el pasado mes de marzo. Y por último, pero juro hay muchos más ejemplos, en medio de una crisis de identidad de los sindicatos de clase, denostados por el PP y por las instituciones que gobierna, Juan Vicente Herrera presume de un diálogo social, de una concertación y camaradería con los representantes de los trabajadores, que implícitamente supone un reproche a sus compañeros en otros territorios.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Crónica del viernes 3 de mayo de 2013.
