DIEZ RAZONES PARA ESTAR EN CONTRA DE LA NUEVA PAC

La reforma de la PAC aprobada el pasado 26 de junio tiene valoraciones distintas según de quién se trate. Las organizaciones agrarias, aceptando que ha habido mejoras sobre las propuestas iniciales, nos hemos manifestado en contra.


DIEZ RAZONES PARA ESTAR EN CONTRA DE LA NUEVA PAC


La reforma de la PAC aprobada el pasado 26 de junio tiene valoraciones distintas según de quién se trate. En general el Gobierno se ha quedado solo defendiendo las bondades de la misma, o mejor dicho solo pero apoyado por el partido que lo sustenta y las comunidades autónomas donde gobierna. Las organizaciones agrarias, aceptando que ha habido mejoras sobre las propuestas iniciales, nos hemos manifestado en contra. Recogemos aquí diez razones, aunque existen más, que avalan nuestro posicionamiento.

  1. Se produce una modulación o recorte de las ayudas a partir de los 5.000 euros, que será del 3% en el 2005, del 4% en 2006 y de 5% en el 2007 y sucesivos. Esto castiga sobremanera al agricultor profesional, ya que se verá sometido a un recorte frente al que tiene la agricultura como actividad complementaria que en general cobrará la ayuda íntegra ya que suelen ser perceptores de menos de 5.000 euros. Por otro lado, no está claro que el importe modulado vuelva al sector, ya que hay medidas de acompañamiento de la PAC, como es la forestación, de la que se benefician entidades públicas y propietarios de tierras, pero no agricultores profesionales.

  2. El pago único desacoplado deslegitima el sistema de ayudas, ya que la sociedad difícilmente va a entender que se dé una ayuda y no se exija cultivar las tierras o tener las cabezas de ganado. Todo indica que se trata de un paso previo al desmantelamiento del sistema de ayudas. Por otro lado, y a pesar de quedar vinculada a la producción un 25% de la ayuda, la mayoría de los agricultores y ganaderos cuando lleguen a la edad de jubilación seguirán cobrando las ayudas, y no cederán sus tierras y derechos a otros jóvenes o agricultores en activo, lo que será un freno al relevo generacional en el campo. Se encarecerá aun más el valor de la tierra en compra venta y arrendamiento en las pocas transferencias de explotaciones que se hagan.

  3. Las ayudas, teóricamente garantizadas hasta el 2013 por acuerdo de Jefes de Estado en la cumbre de Bruselas de octubre de 2002, no contemplan mas que en parte los incrementos del nivel de vida que se produce cada año, por lo que en términos reales en el año 2013 cobraremos una cuarta parte menos que en la actualidad. Tampoco hay razones objetivas, todo lo contrario, de que vayan a subir, ni tan siquiera mantenerse, los precios de los productos que vendemos.

  4. La bajada en los precios de intervención de los productos lácteos ocasionará una caída del precio de la leche en origen que no se verá compensada con las ayudas directas por kilo de cuota que comenzarán con 11,81 euros por tonelada y terminarán en 35,5. Además, esta ayuda directa tendrá un efecto negativo para quienes tengan que comprar cuota, ya que el vendedor tratará de incrementarlo al actual precio de mercado.

  5. En las nuevas transformaciones de secano a regadío (en la provincia de León 30.000 hectáreas con el horizonte del 2008) los agricultores seguirán cobrando las ayudas que percibían en 2000/02 como agricultores de secano, a pesar de tener sus fincas de regadío. Con el anterior sistema de ayudas al transformar una explotación en regadíos la ayuda se incrementaba, según el cultivo, hasta un 300%.

  6. La condicionalidad de las ayudas va a suponer un mayor coste de producción, el cumplir con a veces absurda normativa, y en todo caso va a suponer más papeleo y burocracia.

  7. La ayuda al fomento de las proteaginosas, de 55,57 euros por hectárea, es insuficiente para potenciar unos cultivos de los que somos deficitarios.

  8. No hay un apoyo decidido a los cultivos energéticos, que tantas expectativas habían levantado. La ayuda por hectárea de 45 euros es escasa, y la superficie para acogerse a los mismos de 1,4 millones de hectáreas en toda la Unión es insuficiente.

  9. El cambio en el sistema de ayuda a los forrajes castigará a los cultivadores de Castilla y León por no ser cultivadores históricos a pesar de haber cultivado alfalfa toda la vida. Habrá una pérdida de renta, se puede poner en peligro la industria de deshidratado de forrajes, y no se garantiza que los ganaderos vayan a tener el producto más barato.

  10. No hay garantías de que ésta sea la última reforma hasta el 2013, y no parece que haya compromiso de las administraciones españolas para atenuar con presupuesto propio y medidas políticas los efectos perversos de la PAC reformada.

León, 4 de julio de 2003.

José Antonio Turrado Fdez.

Secretario general de ASAJA C Y L.