¿Estamos ante un sector ganadero decadente?

Hace casi siglo y medio el Rey Alfonso XII promulgó la Real Orden de 22 de agosto de 1877 para crear una comisión encargada de estudiar las causas de la “decadencia” del sector ganadero y proponer medidas a un problema que lastraba la economía del país

¿Estamos ante un sector ganadero decadente?
 
Hace casi siglo y medio el Rey Alfonso XII promulgó la Real Orden de 22 de agosto de 1877 para crear una comisión encargada de estudiar las causas de la “decadencia” del sector ganadero y proponer medidas a un problema que lastraba la economía del país. Pongámonos en situación: la lana no era ya un negocio tan pujante porque en los mercados internacionales nos habían salido fuertes competidores, y el país no había hecho nada por potenciar otras especies ganaderas como la cría caballar, el ganado vacuno, el porcino o el caprino. Ya entonces, ante un problema, se respondía creando una comisión para su estudio, todo muy español.
 
Salvando las distancias, hoy nuestro sector ganadero no atraviesa un buen momento. No estamos ante un sector decadente, pero sí ante un sector que pierde protagonismo en la generación de riqueza agraria, que abandonan los mayores lo antes que pueden, y que no es atractivo para los jóvenes. Es evidente que existe un desequilibrio entre producción agrícola y ganadera, y que los mercados y las ayudas públicas son más generosas con los agricultores que con lo que cuidan y explotan el ganado. La fuerte inversión, y sobre todo la gran dedicación de tiempo que requiere la ganadería, no se compensa con la rentabilidad del negocio. La administración, que se vuelve loca legislando para poner cada día más trabas a quién invierte y trabaja, se ceba de una forma desmedida con los ganaderos, que ya no saben cuántas normas le incumben, ni cuántos papeles tiene que rellenar y guardar en sus carpetas para estar al día con sus obligaciones formales. Y por si fuera poco, el ganado molesta a todo el mundo. Molesta cuando está en el pueblo o cerca de núcleos urbanos y no gusta como huele, molesta cuando atraviesa una calle, cuando una vaca se sale del pasto y ocupa una vía pública, molesta al propietario cuando ocupan sus fincas aunque las tenga abandonadas, y hasta molesta a los conservacionistas que quieren que todo lo que hay en el monte sea para las especies salvajes.
 
No tengo información sobre si aquella comisión creada por el Alfonso XII llegó a servir para algo, pero si funcionó, deberían tomar nota el ministro Arias Cañete y la consejera de Agricultura Silvia Clemente, porque nuestra ganadería, si bien no está decadente, sí atraviesa una crisis  muy severa.
 
León, 27 de noviembre de 2013
José Antonio Turrado Fernández
Secretario general de ASAJA de León