Experiencia de Gestión

Estoy viendo en esta precampaña electoral que algunos candidatos que irán en las listas tratan de poner en valor su experiencia de gestión por haber ocupado puestos políticos con anterioridad en diferentes instituciones.

Experiencia de gestión

Estoy viendo en esta precampaña electoral que algunos candidatos que irán en las listas tratan de poner en valor su experiencia de gestión por haber ocupado puestos políticos con anterioridad en diferentes instituciones. En el fondo nos quieren decir que la experiencia está en relación directamente proporcional a los años que llevan en los cargos, o montados en el coche oficial, y con esta filosofía se quitan del medio la competencia interna y externa. Dan  por sentado que el electorado valorará esta experiencia de gestión y que a base de trienios nadie va a moverles del sitio. Pues bien, yo creo que más que experiencia de gestión la tienen de despilfarro y de desgobierno. Para tener experiencia de gestión y poderla valorar positivamente, hay que ser responsable de los ingresos, de los gastos, de las inversiones, y presentar un balance de beneficios. En el caso de nuestros políticos, lo único que han gestionado es el gasto, pues los ingresos le han llegado dados por los presupuestos que recogen las trasferencias de otras administraciones y los recursos propios de los impuestos, y en el gasto han sido unos manirrotos. Han gastado en lo que no se debía, han gastado más de lo que tenían, han creado un déficit que lastra el futuro, y han tenido a los proveedores sobre las cuerdas por ser unos malos pagadores. A estos políticos que presumen de experiencia en la gestión, pero que no tienen otra iniciativa para generar ingresos que la de subir impuestos, y que a la hora del gasto tiran con pólvora del rey, cuando no beneficiando a sus amigos, lo que deberíamos de hacer es mandarlos para su casa. Que dejen de hacernos favores administrando lo público, que no nos hacen favor alguno, y que al menos nos den la oportunidad de que los votantes nos podamos equivocar con candidatos menos expertos en bancarrotas, con más ilusión, con menos vicios, y si es posible con ciertas dosis de utopía.  Y puestos a pedir, que no provenga necesariamente de familias de renombre, que no los hayan impuesto empresarios que viven de las contratas públicas, ni grupos de interés que quitan y ponen concejales o procuradores.

 

Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 10 de abril de 2015.