Somos muchos los que pensamos que el acuerdo para refundar a la extinta Unión de Campesinos Leoneses no tiene más recorrido que el de concurrir conjuntamente a las elecciones de representatividad agraria del domingo dos de diciembre.

FUTURO LÍDER DE LA REFUNDADA UCL
 
Somos muchos los que pensamos que el acuerdo para refundar a la extinta Unión de Campesinos Leoneses no tiene más recorrido que el de concurrir conjuntamente a las elecciones de representatividad agraria del domingo dos de diciembre. Es más que probable que las organizaciones surgidas de la escisión de la UCL, que se autodefinen como “progresistas” y portadoras de un modelo de “agricultura social”, sigan caminos diferentes como los iniciaron hace casi veinte años. Pero si de verdad están pensando en una unión para el día después del 2 de diciembre, necesitarán una persona de consenso que se ponga al frente del nuevo sindicato agrario, y aquí es donde surgen los problemas. En este proceso electoral al que han presentado una lista conjunta, llama la atención que la encabece un afiliado del sindicato minoritario, de una UCALE que es una quinta parte de lo que puede representar su  otro socio, UGAL, aunque por aquí no va el futuro, pues sencillamente se trata de una estrategia electoral: los de UCALE no votaría una candidatura encabezada por el sindicato con el que tuvieron luchas fratricidas durante tanto tiempo. La novedad en la candidatura proclamada el pasado lunes por la Junta Electoral, de la Alianza UCALE-UGAL, está en el número tres, un desconocido Héctor Llorente, persona que entiendo está llamada a ser el dirigente de ese nuevo sindicato agrario si de verdad tienen voluntad de unirse, voluntad de anteponer los intereses generales a los personalismos, y si el deseo del bien general le puede más que el odio que todavía algunos llevan dentro.
 
UGAL ha tenido el gesto de ser generosa con los de UCALE, pero solo en apariencia. Lo importante no es la Cámara Agraria, es gestionar esa nueva organización que seguirá sin ser la más representativa de la provincia y por tanto tendrá mucho trabajo por delante. Es probable que el consenso llegue de la mano de un Llorente que pertenece a otra generación, que iba a la escuela en los tiempos que se deshizo la UCL, que es un agricultor insultantemente joven, bien parecido y agradable en el trato. Puede tener futuro como sindicalista agrario, pero para eso, una parte de los agricultores, aquellos a los que pretenden unir, no tienen que ver detrás el dedo de Llorente padre.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Crónica del viernes 2 de noviembre de 2012.