GENERAR EMPLEO

La reducción sostenida del desempleo, que se constata mes a mes por los organismos oficiales, es una buena noticia que afortunadamente se produce también en el mercado laboral leonés

GENERAR EMPLEO

 

La reducción sostenida del desempleo, que se constata mes a mes por los organismos oficiales, es una buena noticia que afortunadamente se produce también en el mercado laboral leonés. Lo malo es que en esta provincia nos tendremos que conformar con incrementos de la ocupación laboral cuantitativamente modestos, pues no hay grandes empresas que puedan variar considerablemente su plantilla en cortos espacios de tiempo, ni es probable que surjan proyectos empresariales más allá de las empresas de servicios que ocupan al autónomo y como mucho algún asalariado. Tenemos empresas señeras inmersas en expedientes de regulación de empleo, o lo que es peor, en situación concursal, a las que por bien que les vaya irán incorporando muy tímidamente parte de la plantilla de la que tuvieron que prescindir en su día. No parece probable que se retome la actividad en las empresas vinculadas con las energías renovables, unas empresas que, tanto en la fabricación de componentes como en el montaje de instalaciones, tuvieron que cerrar o reducir su tamaño cuando apenas habían comenzado a amortizar sus fuertes inversiones. No es probable que la provincia se pueda beneficiar, en un corto plazo, del empleo que genera la obra pública, o al menos no más allá de lo que suponga terminar lentamente con el proyecto del AVE y lo que supone la ejecución anual del plan de obras de la Diputación, pues del resto de administraciones, como son ayuntamientos y Junta, poco habrá que rascar por ahora. No parece que la minería y sus empresas auxiliares nos vayan a sacar de ningún apuro, salvo la incidencia positiva que pueda tener la reapertura de alguna mina si consiguen contratos con las térmicas, algo que dependerá de las reglas de mercado y de decisiones políticas en materia energética. Nuestro sector agrario a duras penas podrá incorporar cada año centenar y medio de nuevos activos  para compensar en parte un descenso superior por la vía de las jubilaciones, y respecto a la contratación de asalariados, se puede crecer ligeramente si la industria agroalimentaria sigue exportando con éxito y el sector ganadero no entra en una de sus crisis cíclicas. Así que nos quedan las pequeñas empresas de servicios y los autónomos.

 *Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en  La Nueva Crónica del viernes 8 de agosto de 2014.