GRANDES DISCURSOS Y PROBLEMAS COTIDIANOS

A veces los grandes temas no nos dejan ver las cuestiones cotidianas, que son las que verdaderamente interesan a los ciudadanos, en este caso a nuestros agricultores y ganaderos.

GRANDES DISCURSOS Y PROBLEMAS COTIDIANOS

José Antonio Turrado*

A veces los grandes temas no nos dejan ver las cuestiones cotidianas, que son las que verdaderamente interesan a los ciudadanos, en este caso a nuestros agricultores y ganaderos. Y es que después de las elecciones y formado el Gobierno regional, todas las noticias que fluyen son de nombramientos y de proyectos políticos. Unos proyectos que por lo demás son más de lo mismo, que nacen sin presupuesto, y que no están comprometidos con fechas o plazos. Después de la reciente reunión del Consejo Regional Agrario, queda todavía la comparecencia del consejero en las Cortes para seguir con el ejercicio del «puedo prometer y prometo» y para ocupar páginas de periódico con un discurso que ya sirvió hace ocho años y que podría aprovecharse casi en su integridad para el mismo cometido dentro de otros ocho.

Pero mientras la política con mayúsculas va por unos derroteros, nuestros agricultores y ganaderos se preguntan lo de «qué hay de lo mío». Conocer, por ejemplo, cómo y cuándo se van a resolver los cientos de expedientes de cese anticipado en la actividad agraria tramitados en la pasada primavera es lo prioritario para los agricultores afectados. Para otros miles de nuestros profesionales nada es tan importante como saber si les van a aprobar unos expedientes de ayudas agroambientales que les permita contar con un apoyo adicional para unas explotaciones de secano en la que no salen las cuentas ni los años buenos. Unas ayudas agroambientales que se venden como una medida de acompañamiento de la PAC y que después resulta que son la pedrea de una lotería donde más que el azar influye un reparto no siempre justo.

Por su parte los más jóvenes, que todavía están sobrados de coraje para dedicarse a esto del campo, quieren ver resuelto su expediente de ayudas, que tramitaron el pasado mes de junio y que debe de andar por ahí, de despacho en despacho, sorteando las innumerables trabas burocráticas. Algunos miles de agricultores y ganaderos, jóvenes y no tanto, esperan ansiosamente el correo para ver si les llega aprobado el expediente de modernización de la explotación presentado meses atrás ante la Junta, ya que sin esa resolución la explotación no es viable y el banco o caja de ahorros cierra el grifo de la financiación.

Mientras, para muchos de nuestros ganaderos su problema es que no funcione como es debido la campaña de saneamiento ganadero, que no se agilicen los trámites en las Unidades Veterinarias, que no les acaben de pagar la indemnización por sacrificio obligatorio de animales –línea en la que se acumula un inexplicable retraso–, o que les obligue a suscribir en régimen de monopolio un seguro caro por la recogida de cadáveres ovinos en la explotación.

Por su parte, decenas de cooperativas y pequeñas industrias agroalimentarias esperan a que la Junta les pague una subvención quizás ya aprobada y certificada, y que debe de estar pendiente de que haya tesorería, como si el problema de estos administrados no fuera también ese, el de la falta de tesorería.

Otros miles de agricultores aguardan que lleguen las obras de infraestructura precisas para transformar secanos en regadíos o modernizar los existentes, promesas que les llevan haciendo la Junta y el MAPA legislatura tras legislatura sin que por ahora se vea a las máquinas trabajando.

Y miles de agricultores y ganaderos que tienen algún recurso presentado por liquidaciones erróneas de las ayudas PAC y primas ganaderas, o ayudas de acompañamiento de la PAC, llevan ya desde enero esperando que haya tiempo y dinero en la Junta para que se ocupen de lo suyo, aunque quizás este año haya una buena disculpa para que los papeles sigan en apilados en el montón, sin que nadie piense en ellos.

Miles de agricultores y ganaderos que hartos de grandes discursos, programas y promesas, lo que quieren es que la administración no les ponga trabas, que les deje trabajar, y que cuando tienen un problema, que para ellos seguro que es importante, haya un funcionario público que les mire a la cara y se ponga a trabajar en el tema. Esto es para nosotros lo importante, señor consejero.

León, 31 de julio de 2003.

* José Antonio Turrado es secretario general de ASAJA de Castilla y León