Humedales

Una organización ecologista ha culpado esta semana al sector agrario de parte del deterioro que sufren los humedales de la provincia de León.

Humedales

Una organización ecologista ha culpado esta semana al sector agrario de parte del deterioro que sufren  los humedales de la provincia de León. No creo que tengan datos para ello, simplemente la actividad agrogandera es por sistema un blanco de las críticas de grupos conservacionistas que entienden que la agricultura y la ganadería es una actividad agresiva con los valores medioambientales, y que por lo tanto mejor estaría el campo sin vacas y ovejas y con las tierras yermas. Porque si nos atenemos a la verdad, lo cierto es que las lagunas siempre se han secado en nuestra provincia en unas fechas o en otras dependiendo de la pluviometría y el calor que haga, y no veo más actuación del hombre del campo en estas lagunas que la de abrevar en ellas su rebaño si es el caso. Y si somos justos, hoy las grandes zonas de humedales permanentes, donde hay vida a lo largo de todo el año, están donde ha intervenido la mano del hombre, están en esas fincas próximas a grandes infraestructuras en carreteras o vías de tren a las que se hizo un vaciado de zahorra y ahora hay agua en el vaso de forma permanente. Es más, en algunos casos la restauración medioambiental se ha hecho bien y se ha hecho pensando en este objetivo, incluso se ha pensado en una recarga en verano desde los canales o tuberías de riego. Las grandes zonas húmedas con vida vegetal y animal están en gran parte representadas en nuestra provincia por balsas de riego, por acequias de tierra y desagües que garantizan, por la acción de la actividad agropecuaria, que haya agua en ellas precisamente cuando escasea en todos los sitios, en los meses del estío. Los ecologistas pueden llevar a la espalda el catálogo de lagunas de la provincia y exhibir la riqueza de algunas donde apenas crecen unos juncos, pero falsearán la realidad si no cuentan la mayoría de las que hoy tenemos gracias a la intervención del hombre y a actividades económicas como la agricultura. Y en todo caso, que sepan los grupos conservacionistas que los agricultores han convivido con las lagunas antes de la existencia de tanto activismo subvencionado.

Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 5 de febrero de 2016.