La Junta de Castilla y León – y antes del traspaso de competencias el Estado- ha desarrollado de forma desigual la política de concentraciones parcelarias en el territorio que representa.

LA MITAD DE LA SUPERFICIE AGRARIA ÚTIL DE LA PROVINCIA DE LEÓN ESTÁ SIN CONCENTRAR
 
La Junta de Castilla y León – y antes del traspaso de competencias el Estado- ha desarrollado de forma desigual la política de concentraciones parcelarias en el territorio que representa. Esta medida de política agraria se ha venido desarrollando desde hace más de medio siglo, pero al día de hoy en muchas zonas no ha llegado a aplicarse, quizás por falta de interés de los propietarios de la tierra o por no ser una prioridad para la administración competente. Lo cierto es que la concentración parcelaria, en opinión de ASAJA,  es una medida fundamental para poder hacer una agricultura moderna y competitiva, tanto que en algunas zonas donde no se ha concentrado la propiedad se han abandonado las fincas por ser inviable cultivarlas, y de eso hay buenos ejemplos en la provincia de León en la comarca del Bierzo y en todas las zonas de montaña.
 
La provincia de León es, después de la de Ávila, la que menos superficie agraria tiene concentrada con respecto a la superficie agraria útil. La superficie sin concentrar representanta el 49,8%, es decir, tenemos concentrado únicamente la mitad de lo que se podría concentrar. En otras provincias los porcentajes sin concentrar son mucho menores, así Burgos tiene el 24%, Palencia el 12,07%, Salamanca el 46,3%, Segovia el 18,01%, Soria el 14,7%, Valladolid el 4,8% y  Zamora el 16,87%.
 
Como factor positivo, más de la mitad de la superficie que ha reconcentrado la Junta de Castilla y León – una segunda concentración- pertenece a la provincia de León, alcanzando 113.584 hectáreas de un total de 200.900 hectáreas. Estas reconcentraciones están mayoritariamente vinculadas con la modernización de regadíos y el desarrollo de nuevos regadíos. Tan solo la actuación de los regadíos de Riaño, dependientes del Canal Alto y Canal Bajo de Payelos, supuso una reconcentración parcelaria en una superficie de 60.000 hectáreas a las que mayoritariamente todavía no ha llegado el agua.
 
Las fincas se abandonan por su tamaño y no por su calidad agronómica
 
Es el tamaño de las fincas, el escaso tamaño, el que se ha convertido en un factor limitante a la hora de cultivarlas. Las fincas de escasas dimensiones, sobre todo cuando no se pueden cultivar también las colindantes para hacer una parcela mayor, terminan abandonadas sin cultivarse, ya que es muy difícil la mecanización y no compensa las labores en las mismas al requerir muchas horas de trabajo. Esta razón, el escaso tamaño, sumado a la carencia de infraestructuras como desagües y caminos de acceso, es lo que motiva que haya tierras abandonadas en la provincia de León, ya que muy pocas fincas se dejan de cultivar porque agronómicamente sean terrenos pobres. Estos problemas se evitan con las concentraciones parcelarias, ya que se entrega a los propietarios unidades de cultivo mayores, se pueden entregar títulos de propiedad haciendo colindar fincas que trabaja un mismo arrendatario, y como obras de concentración se dota a las parcelas de red de camino para acceso a las mismas y desagües para el saneamiento en épocas de lluvia.
 
León, 30 de diciembre de 2013