Los cultivadores de lúpulo de la provincia de León han manifestado su oposición a la obligación que le impone la empresa Hopsteiner de formalizar contratos de compra venta individuales, en vez de hacerlo en un contrato colectivo a través de la agrupación Lúpulos de León, con venía ocurriendo hasta ahora. Consideran que esta nueva fórmula debilita su posición en la negociación y les coloca en inferioridad de condiciones.

Por otra parte, se sienten perjudicados en otras condiciones del contrato, como es la de dejar superficie sin contratar a expensas de una demanda futura por parte de las cerveceras, imponer nuevas variedades de las que no se conocen los resultados agronómicos, compensar a Hopsteiner si no se alcanza la producción esperada y no se cumplen las entregas, elevar los parámetros de calidad que influyen en el precio, o fijar de manera unilateral el coste de la planta en variedades protegidas que son propiedad de Hopsteiner. Entienden que los contratos, en cuya negoción no han participado, tienen cláusulas abusivas contrarias a derecho.

Los productores han hecho llegar sus quejas al ministerio de Agricultura, a la Consejería de Agricultura de la Junta de Castilla y León, y a las distintas organizaciones profesionales agrarias.