El pasado fin de semana se celebró en el Palacio de Congresos y Exposiciones una nueva edición de la Feria de los Productos de León organizada por la Diputación Provincial. No hubo sorpresa sobre un éxito garantizado de antemano, pues la afluencia de público para dar una vuelta por el recinto, degustar si es posible, y comprar algo, estaba garantizada, y por supuesto la calidad de los productos fuera de toda duda. Podemos regocijarnos en el éxito de los productos agroalimentarios de León y podemos creernos que somos los mejores, pero no nos haremos ningún favor si no pensamos en producir para los demás, para los de dentro y para los de fuera de León, y particularmente para los de fuera de nuestras fronteras. Es aquí, en la búsqueda y conquista de los mercados exteriores, donde nuestras pequeñas industrias agroalimentarias se encuentran con los mayores problemas. El principal de ellos viene del tamaño, pues las industrias de escasas dimensiones difícilmente pueden innovar en productos diferenciados, difícilmente pueden acceder a mercados globales, pueden tener una estructura organizativa acorde, y pueden acceder a la financiación precisa. Cada poco tiempo surgen en la provincia de León empresas agroalimentarias de las cuales algunas triunfan y otras fracasan estrepitosamente, pero lo que no es habitual es que surjan empresas grandes o que se produzcan fusiones o concentraciones de las mismas. Entiendo que esta es hoy la gran debilidad del sector agroalimentario leonés, y que mientras no se corrija, no habrá una oferta importante de puestos de trabajo ni se remunerará convenientemente a los proveedores de las materias primas, es decir, a los agricultores y ganaderos. Atraer empresas grandes no debe de ser fácil, como no es fácil agrupara a pequeñas empresas familiares con hábitos e intereses a veces muy distintos y donde prevalecen otra prioridades por encima de la de ganar dinero. En todo caso, grandes empresas suelen ser un motor para el sector y un paraguas para otras más pequeñas que están al lado.
Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 19 de octubre de 2018.