Mirando a Portugal

Siendo nuestra provincia una de las más afectadas, de las del entorno, por los incendios forestales, es lógico que estos días miremos hacia Portugal y, lamentando lo que les ha pasado, pensemos que algún día nos pueda tocar a nosotros.

Mirando a Portugal

Siendo nuestra provincia una de las más afectadas, de las del entorno, por los incendios forestales, es lógico que estos días miremos hacia Portugal y, lamentando lo que les ha pasado, pensemos que algún día nos pueda tocar a nosotros. No creo que en la provincia de León tengamos los bosques más ordenados, al contrario, ni pienso que tengamos una conciencia medioambiental mucho más desarrollada, pero quizás si sea cierto que disponemos de un sistema de extinción mejor y más coordinado. No es probable un incendio de esa magnitud de superficie quemada, pues el que se aproximó algo, el de los montes del Teleno, ya arrasó en su día con todo lo que había. El clima de Portugal, por lo general un clima atlántico, en amplias superficies de terreno no aptas para la agricultura, propicia una masa boscosa de eucaliptus y pinos que, una vez incendiados, el fuego alcanza unas dimensiones mucho mayores de las previstas en un bosque más propio de clima continental, como es el nuestro, donde lo que abunda es el monte bajo, el brezo y los arbustos. Pero es cierto que en cientos de pueblos de nuestra provincia las tierras abandonadas, antes de prados y cultivo, han dado paso al matorral, por lo que el monte se ha metido a la misma puerta de nuestras casas, con el consiguiente riesgo de que el día que haya un incendio forestal se tenga que evacuar a la población ante el riesgo de calcinar las viviendas. No creo que en los próximos años la administración pública y los propietarios particulares puedan hacer mejoras sustanciales en la limpieza de los bosques, en gran parte porque la madera y la biomasas tienen un precio irrisorio que no paga los trabajos, pero sería muy conveniente hacer actuaciones en el perímetro del caso urbano para delimitarlo del monte evitando así que los incendios lleguen a la población. Parte del  presupuesto  público en actuaciones forestales debería de ir encaminado a esta media, en la que  sin duda puedan colaborar otras administraciones locales y por supuesto, si los dejan, también los particulares.

Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 23 de junio de 2017