Más colza

El cultivo de la colza es de reciente incursión en el campo de nuestra provincia, y si las previsiones no fallan, se convertirá en una opción de siembra relevante en los próximos años, sobre todo en el secano.

Más colza

El cultivo de la colza es de reciente incursión en el campo de nuestra provincia, y si las previsiones no fallan, se convertirá en una opción de siembra relevante en los próximos años, sobre todo en el secano. Comenzó con la fiebre de los biocarburantes, aunque hoy su mercado es el de la extracción de aceite para el consumo humano y la elaboración de torta como alimento animal alto en proteína sustitutivo de la harina de soja. Nuestras producciones no serán nunca tan elevadas como en el paraíso de la colza, el país vecino Francia, pero tampoco lo son en otros muchos cultivos, y de lo que se trata es de que tenga una rentabilidad igual o mejor a la de los clásicos cereales, y se adapte agronómicamente bien como alternativa en la rotación. Europa, y particularmente España, es deficitaria en proteína vegetal, y las cotizaciones de los productos oleicos se mantienen alcistas en todo el mundo, por lo tanto por ahora hay mercado, por lo que el éxito se basa en hacer las cosas bien desde el punto de vista agronómico y de gestión para conseguir las mejores producciones con los coste más bajos posibles. La diversificación de cultivos la exige la Unión Europea, nos viene impuesta, pero además es importante desde el punto de vista del riesgo de mercado, por lo que el agricultor debe de tratar de minimizarlo no jugándoselo todo a la misma carta. Por si fuera poco, todas las labores de la colza, empezando por la siembra y terminando por la recolección, se adelanta unos veinte días con respecto a las labores de los cereales, lo que le permite al agricultor planificar mejor su explotación repartiendo el tiempo y el trabajo de una forma más racional y consecuencia de ello pudiendo abarcar más extensión de terreno y racionalizar mejor el uso de la maquinaria. Por último, las siembra tempranas de finales de septiembre evitan los problemas de la entrada en las fincas por las lluvias otoñales, y el ciclo adelantado es una ventaja para luchar contra las primaveras secas que tantos años se llevan por delante nuestras cosechas.

Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 8 de julio de 2016.