O mucho me equivoco, o en las próximas fechas la Confederación Hidrográfica del Duero comenzará a desembalsar agua de los pantanos leoneses, aclarando que del de Villameca lo lleva haciendo ya desde hace varios días. Nada excepcional, llover y nevar en la provincia de León en los primeros meses del año es lo normal, y consecuencia de ello se llenan unos pantanos diseñados para recoger una buena parte del agua de los ríos que regulan. Cada ciertos años se vive uno de escasez, como ocurrió en dos mil diecisiete, y eso crea entre nuestros agricultores un pánico comprensible sabiendo lo mucho que se juegan en sus explotaciones. Ahora sobra agua y poco se puede hacer para evitar que vaya al mar, y si hubiera una forma razonable de evitarlo construyendo nuevos embalses donde social y técnicamente es viable, no tardarían ni dos segundos en salir plataformas de esas que se opone a todo y que por lo general consiguen lo que se proponen. Lástima que los agricultores de zonas agrícolas con ríos no regulados, como la Valduerna, no puedan también sembrar y dormir tranquilos sabiendo que sus cosechas saldrán adelante. Lástima que los Presupuestos Generales del Estado no hayan sido generosos para completar la obra púbica necesaria en la provincia para modernizar todo el sistema y desarrollar los nuevos regadíos vinculados al pantano de Riaño – que llevan esperando treinta años-. Y lástima que esta riqueza que tiene León, que es el agua, afortunadamente almacenada porque alguien acertó en otra etapa política con esta medida de desarrollo económico de hacer pantanos, no se pueda utilizar en mayor medida para producir cultivos de alto valor añadido que generen todavía más riqueza y empleo tanto de forma directa como indirecta. El setenta y cinco por ciento de la producción final agraria y ganadera leonesa está vinculada directa o indirectamente al regadío, lo que sin duda alguna es una fortaleza que hay que saber aprovechar. Y hay que exigir que no nos creen problemas innecesarios los políticos de fuera, entre otros los que gestionan la CHD.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 6 de abril de 2018