Esta semana ha comenzado, en la escena política internacional, con los resultados de los caucus de Iowa eligiendo al representante del partido Republicano que será candidato a la presidencia de Estados Unidos.  El estado de Iowa es sin duda una de las regiones del mundo más importantes desde el punto de vista agrícola, como atestiguan los datos y como pude comprobar en una visita todavía reciente. Los agricultores leoneses, productores de maíz como ellos, pagaríamos dinero por pasar una mañana arando con sus grandes tractores John Deere, en sus llanas e inmensas fincas, de tierra negra, con un clima húmedo que garantiza producciones muy aceptables sin necesidad de regar, y a buen seguro envidiaríamos sus leyes agrarias mucho más liberales que las que nos impone a nosotros la U. E.. He indagado sobre el papel de los agricultores en los resultados de las elecciones en los caucus, y para eso me he dirigido a la mejor fuente, la de la organización Iowa Farm Bureau, y para mí sorpresa, tratan el asunto con discreción, y digo para mí sorpresa porque cuando hay elecciones a Gobernador u otros cargos relevantes del Estado, se posicionan claramente sin rubor alguno. Aún así, se puede leer una entrevista en la que se afirma que “el caucus de Iowa sumerge a los candidatos en conocimientos agrícolas”, lo que me da pie para pensar que de una manera u otra hablaron de agricultora, que de una manera u otra, es imposible pasar por Iowa haciendo política y no escuchar a los productores de maíz, de soja, o a los ganaderos de porcino. Imposible no hablar de la política de biocarburantes, no hablar de los seguros de rentas, no hablar de las relaciones comerciales con Méjico, o no hablar de la política financiera. Estoy seguro que en los caucus se habló mucho de agricultura, de agricultura con mayúsculas, otra cosa es el interés que le pusiera el candidato Trump, que seguramente fue escaso o nulo. Porque entender el sentido de la elección ya es otra cosa, para la que no estoy preparado, porque quizás sea necesario ser muy americano.

*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en la Nueva Crónica del viernes 19 de enero de 2024.