No me interesa la historia de ese ciervo al que bautizaron  como “Carlitos” los vecinos de la Sierra de la Culebra, en nuestra vecina provincia de Zamora. Me interesa la noticia, al parecer errónea, que daba cuenta de que había sido abatido en una cacería, y que se había encontrado el cadáver del animal en el campo desposeído de su cornamenta y de la parte más noble de la canal, el lomo. Me asombró que nadie criticara el hecho de que se abandone en pleno campo una pieza de caza, descuartizada, y que ni la Guardería Forestal ni la Guardia Civil iniciaran pesquisas para descubrir y sancionar al culpable. En el mundo ganadero, abandonar el cadáver de una oveja tiene sanciones importantes y hasta pérdida de importe económico de la PAC. Y es que, aparte del mal gusto de descuartizar un animal, quedarse con lo que interesa y dejar abandonado el resto, esta práctica es un riesgo en sí misma de trasmisión y contagio de enfermedades que son comunes entre especies, que son comunes con especies domésticas, y que pueden ser comunes con el ser humano, es decir, zoonosis. El mundo del campo defiende la práctica de la caza como única fórmula válida para controlar el crecimiento desmedidos de ciertas especies y evitar los daños que ello conlleva, pero pide a los cazadores que cumplan las normas más elementales, que ejerzan sus responsabilidades, seguramente bien recogidas en la Ley de Caza o en el simple sentido común. La práctica de la caza no es una actividad que caiga simpática a la sociedad actual, no es fácil explicar y convencer de los motivos por los que a animales que dan tanta ternura como un ciervo o un corzo hay que dispararles, cuanto más explicar que se descuartizan y se dejan los restos abandonados por los montes. La otra lección de esto, bien sabida desde hace tiempo, es que ya no se caza para comer, mucho menos para quitar hambre, y que tampoco tiene valor la carne del animal cazado quizás por una mala logística que lo gestione o una normativa demasiado farragosa. Pero abandonar alimentos cuanto hay hambre en el mundo, es pecado.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 22 de septiembre de 2023.