Industrias Lácteas Leonesas fue una de esas empresas pioneras en la transformación industrial de la leche y su comercialización allá por la década de los sesenta del pasado siglo, y gracias a la demanda del producto y de una clara rentabilidad en origen, el vacuno de leche se convirtió en la actividad económica más importante de nuestra provincia llegando a tener más de quince mil ganaderías. En sus comienzos junto a San Marcos, en Eras de Renueva, comercializaba con la marca de leche Aly, hasta que por el cambio societario y la renovación fabril terminó ubicándose en Hospital de Órbigo bajo el nombre de Kraft Leonesas. Hoy la razón social responde a la de la multinacional Mondeléz. Pues bien, por historia y por presente esta empresa se tiene ganado el reconocimiento de los ganaderos leoneses, y digo por historia porque contribuyó como nadie al desarrollo de nuestra provincia, y digo por presente porque hasta hoy, y tomando una referencia de un par de décadas, es una de las empresas lácteas que mejor se ha relacionado y mejor ha tratado a sus ganaderos proveedores de leche. Es muy raro encontrar a un ganadero que voluntariamente se haya marchado de esta empresa en los últimos años, pues cuando lo ha hecho ha sido obligado, ha sido porque la compañía, que ya no mueve un volumen muy importante de leche, ha reorganizado sus rutas de recogida o ha reducido rutas. Por los productos que elabora no es un gran consumidor de leche, o al menos no en la medida que cabría pensar por el tamaño de la fábrica y el empleo que genera, pero aún así es un comprador que da estabilidad a la ganadería leonesa. Y hasta aquí hemos llegado, porque la compañía ha comunicado a sus ganaderos que deja de recoger leche en granja para adquirirla a otras empresas lecheras o a operadores lácteos, y esto ha sentado como un cuerno a los ganaderos afectados. Dentro de lo que hay, estos proveedores formaban parte de un grupo de ganaderos contentos con su comprador y se temen que cualquier cambio al que se van a enfrentar en próximas fechas será para peor.
*Artículo de opinión de José Antonio Turrado publicado en La Nueva Crónica del viernes 14 de mayo de 2021